martes, 7 de julio de 2009

Carta completa del Secretariado de las Farc

Conflicto armado El siguiente es el texto que el Secretariado de las Farc envió a Colombianos por la paz y que habla sobre el intercambio humanitario, la entrega de los restos del mayor Julián Guevara y las cifras de secuestrados.
Colombianas y Colombianos por la Paz;
Senadora PIEDAD CÓRDOBA

Bogotá.

Reciban el saludo cordial de las guerrilleras y guerrilleros de las FARC-EP.

El diálogo epistolar sobre el problema de la guerra y la paz, reúne cada día a más y más colombianos, y suscita la adhesión de las más variadas organizaciones y personalidades del mundo, bajo la certeza del carácter político que reviste la confrontación.


Estamos seguros que la reciente liberación unilateral de seis prisioneros a instancias de su importante gestión, estimula el esfuerzo colectivo que busca la solución al inmenso drama que vive Colombia. Colombianas y Colombianos por la Paz está haciendo renacer la esperanza de un país que siente en lo profundo de su ser nacional que nuestro destino histórico no puede ser la guerra civil ni tampoco el sometimiento indefinido a un régimen corrupto e injusto, eminentemente militarista, guardián de intereses políticos y económicos de una minoría oligárquica y de una élite privilegiada, antidemocrática, excluyente socialmente, sorda a las angustias de las mayorías nacionales e insensible ante los reclamos y necesidades de la gente humilde. En las FARC-EP estamos convencidos que otra Colombia es posible y que se pueden forjar entre todos, alternativas políticas hacia la elaboración del proyecto de una nueva sociedad más equilibrada, incluyente y justa.

Quisiéramos reiterarles que estamos listos para el canje de prisioneros de guerra y en disposición de no hacer del lugar de diálogo un obstáculo insalvable, privilegiando la libertad de los prisioneros en poder de las partes contendientes.

Para nuestros voceros Pablo Catatumbo, Carlos Antonio Lozada y Fabián Ramírez reclamamos garantías efectivas, consignadas en protocolos acordados con nosotros, que definan condiciones de modo, tiempo y lugar, y publicitados con suficiente anticipación. Se hace necesario que además del acompañamiento de CPP también exista una veeduría de la comunidad internacional.

Estas exigencias no son un capricho. Ustedes y todo el país presenciaron las provocaciones y el riesgo real que rodearon y casi frustran la liberación unilateral de los cuatro uniformados, de Alan Jara y Sigifredo López que nos releva de referirles innumerables situaciones anteriores de idéntica factura y concepción.

En su misiva nos piden regresar al tema de las retenciones económicas, sobre el que ya les reflexionamos anteriormente con toda franqueza. Sucede que el gobierno, en aras de su lucha contrainsurgente, impulsa una matriz de opinión artificial y mentirosa en busca de un efecto en la población, deliberadamente falaz y manipulador.

Las cifras oficiales insisten, a través de una campaña machacona, que las FARC tendrían en su poder a más de 3.800 retenidos por razones económicas. Hemos consultado con todas nuestras estructuras político-militares desplegadas en el territorio nacional y podemos informar, que a la fecha, bajo responsabilidad de las FARC-EP, solo existen 9 retenidos por concepto de la ley 002.

El militarismo a ultranza y la desinformación que distingue a este gobierno ha intoxicado con su reconocida perfidia el asunto. Recordamos que en la carta anterior enumeramos el universo de los actores que en Colombia, practican esta modalidad.

Queremos insistirles en la importancia de mantener vigente la bandera de libertad para los presos políticos, la mayoría de ellos víctimas de montajes no ajenos a la estrategia gubernamental de disuasión a cualquier intento de proyecto de alternativa y opción política, así como también a no dejar apagar la lucha sobre esos crímenes oficiales y sistemáticos publicitados como "falsos positivos", las desapariciones forzadas y los desplazamientos que hoy estremecen a la opinión mundial.

Estamos analizando las propuestas de la senadora Piedad Córdoba encaminadas a dinamizar el camino hacia la paz con justicia social, y en este marco anunciamos el compromiso de enviar, cuando tengamos condiciones propicias, pruebas de supervivencia de los 20 militares y policías prisioneros, a sus familiares.

En atención a esa misma solicitud, los restos del mayor Guevara serán entregados a su madre en fecha y lugar que indicaremos más adelante cuando la situación de orden público lo permita, a la vez que elevamos la solicitud a Colombianas y Colombianos por la Paz a exigir del gobierno nacional la entrega de los cadáveres de los comandantes Raúl Reyes e Iván Ríos a sus familiares.

De ustedes, atentamente:

Secretariado del Estado Mayor Central, FARC-EP



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Los enviados de Dios

Marianne Ponsford


La marcha convocada por Daniel Pacheco en la Plaza de Bolívar de Bogotá reunió a unas mil personas. “No a Alvarito, sí al bareto”, y “No al paraco, sí al perico” fueron las consignas más celebradas. El evento fue tranquilo y digno.
En Roma se formaron manifestaciones de protesta frente a la Iglesia de San Pedro en el Vaticano, por las declaraciones del Papa Benedicto XVI en contra del uso del condón
Si yo fuera una madre de familia y alguien me preguntara si me parece bien penalizar el consumo de drogas, diría de inmediato que sí. Estaría convencida de que esa medida reduciría las posibilidades de que mis hijos probaran la marihuana o la cocaína. La adicción en un adolescente es un asunto pavoroso y el sufrimiento que produce en los padres es devastador.

Si yo fuera una mujer casada y alguien me preguntara si estoy de acuerdo con la práctica de la fidelidad marital, diría de inmediato que sí. ¿Acaso alguien se casa para aguantar que su pareja se ande acostando con otros por ahí o para ir uno a buscar consuelo a otra cama? La infidelidad es un asunto de tristes causas y aún más tristes consecuencias.

Me imagino que muchos colombianos estamos de acuerdo en este par de puntos. Por eso, es entendible que esa misma mayoría esté de acuerdo con penalizar el porte y consumo de la dosis personal de estupefacientes. Y esté de acuerdo también con la Iglesia por su postura en contra del uso del condón y a favor de la fidelidad, como estrategia para combatir el sida. Porque ambas medidas parecen estar encaminadas a proteger una institución social que casi todo el mundo quiere por encima de cualquier otra cosa: la familia.

La argumentación de los padres de familia parece fuerte: ¿Cómo no querer que el desgraciado jíbaro que le vende un cacho de marihuana a un niño se pudra en la cárcel? Y ¿cómo no querer que el marido de uno no le ponga los cachos? ¿Qué tiene de malo querer ser feliz, vivir en paz, ver bien a los hijos? ¿A quién se le puede ocurrir que un vicioso delincuente o que una descarriada prostituta estén ejerciendo el derecho al "libre desarrollo de su personalidad"? ¡Que lo ejerzan en la cárcel! ¿Acaso la droga no es la causa de todos nuestros males? ¿De la violencia? ¿De las Farc? ¿De las mafias del narcotráfico? ¿Acaso la infidelidad y la promiscuidad no son síntomas de una soledad demasiado ruidosa?

Mejor dicho, todo está resuelto: hay que salir a dar vivas a Benedicto XVI y a Álvaro Uribe. Papa y Presidente no quieren otra cosa que nuestro bienestar.

Ah, pero nada es tan fácil como quisiéramos. Hay peligrosos equívocos en esa lógica que cree posible un mundo perfecto y feliz, hecho a su medida. Pero el mundo no es así. La realidad traiciona a cada rato las buenas intenciones.

El continente desolado

África, por ejemplo, es un continente devastado. Desde 1981, más de 25 millones de personas han muerto de sida. Once millones seiscientos mil niños han quedado huérfanos. El 46 por ciento de las mujeres embarazadas en África subsahariana están infectadas. Y se estima que 22 millones son hoy seropositivos. ¿Será porque los africanos son más dados al desenfreno carnal? A menos que seamos unos racistas infames, es obvio que no. Cientos de estudios realizados a lo largo de estas décadas han dado una respuesta unánime y contundente: es porque son pobres. Paupérrimos. Tienen un muy escaso acceso a la educación y a la salud. A eso que tantos damos por sentado y que suele llamarse "una vida digna". Son herederos de una sociedad colonial implacable, que convirtió hace siglos al océano Atlántico en el más triste y multitudinario y silencioso cementerio de la humanidad. Ni el holocausto judío se puede comparar con los millones de hombres y mujeres que murieron ahogados, encadenados en las galeras rumbo a la América colonial.

Durante estas tres últimas décadas, tanto Naciones Unidas como la Organización Mundial de la Salud y muchos gobiernos del Primer Mundo, han invertido miles de millones de dólares en programas de educación y prevención, y en difundir el uso del preservativo. El resultado ha sido elocuente: en todos los países africanos que han masificado el acceso a los preservativos, con Uganda a la cabeza, las cifras de infección y muerte por causa del sida han disminuido drásticamente.

Suele decirse que la muerte es la instancia más democrática de lo humano. A todos nos toca. Pero no es cierto. Si uno es pobre, tiene menos esperanza de vida. Si uno es rico, o vive en un país rico, tiene más probabilidades de morir de puro viejo. La verdad es que la instancia más democrática que nos fue dada a los hombres no es la muerte sino el sexo. Por eso mismo, las declaraciones a los periodistas de Benedicto XVI en el vuelo que lo llevaba a Camerún para comenzar su gira africana son tan impertinentes. ¿Ahora resulta que unas sociedades tan marginalizadas en todos los sentidos tienen que abstenerse de la única forma de placer que les es accesible? África tiene 12 millones de católicos. ¿Cómo puede entonces el Papa decir que el uso del condón agrava el problema del sida? La respuesta cabe en una sola palabra: el dogma: esa creencia que no admite réplica, que no se puede someter al debate de la inteligencia ni puede ser controvertida por la evidencia. El dogma es una imposición que exige obediencia ciega. Pero el dogma es también el más violento mecanismo de control sobre una sociedad, y sin duda el más antidemocrático. Nadie puede opinar, nadie puede participar, nadie puede dar un testimonio. Seguir insistiendo en la abstención y en la castidad como únicos métodos para prevenir el sida es un anacronismo de trágicas consecuencias: la gente se muere. Y hoy por hoy, mueren muchas más mujeres que hombres, y sobre todo jóvenes entre los 15 y 24 años. No mueren por promiscuas, sino porque sus parejas han tenido otras relaciones. ¿Es justa esa condena de muerte? ¿Alguien la puede defender? ¿No parece lógico que lo que hay que hacer es invertir en educación, en prevención, en intentar sacar de la ignorancia y ofrecer servicios de salud a los millones de niñas que ni siquiera saben que el sida existe? La realidad es más fuerte que el dogma: el sida es, al igual que la adicción, un problema de salud pública. Pero además, ¿qué padre de familia hoy quiere para su hija una vida condenada a parir uno tras otro 20 hijos? ¿No tendrá ella derecho a decidir cuántos hijos tener? El dogmático Papa dice que no. Y se dedica a predicar imposibles en un continente lleno de muerte y hambruna, de enormes desplazamientos de población que desmembran familias, que truncan amores, que condenan a vivir sin dignidad. ¿Alguien puede defender semejante postura?

Pero ¿qué tiene que ver ese Papa retardatario que quiere dar la misa de espalda a los fieles y en latín, que reprueba la colorida alegría de las danzas africanas, con la penalización del consumo que propone Uribe?

Mucho. Porque ambas posturas provienen de una misma raíz ideológica. De una misma idea de sociedad. Y sobre todo, porque ambas buscan el sometimiento de la voluntad individual a lo que una autoridad determinada considere en un momento dado "el bienestar supremo de la colectividad". Y eso del bien colectivo es un concepto tan maleable, que hasta fue la bandera de la Unión Soviética de Stalin.

Para ilustrar por qué sí tienen que ver las posturas del Papa (que es vitalicio) y del Presidente (que quiere serlo y necesita votos), tengo que echar para atrás en el tiempo y contar una breve historia. El 7 de agosto de 2002, el recién elegido presidente Uribe cumplió su promesa electoral y radicó en el Congreso su proyecto de referendo. Se suponía que era un referendo para "acabar con la politiquería y la corrupción", pero como era de esperarse, el Congreso no estaba dispuesto a dar su visto bueno tan fácilmente a un proyecto que los golpeaba de manera brutal. Y entonces comenzaron las negociaciones. Fue el en ese entonces senador Rodrigo Rivera quien le mencionó por primera vez a Uribe el tema de la penalización de la dosis personal. Rivera estaba desilusionado porque dos semanas atrás, se había aprobado una ley propuesta por él -la 745 de 2002-, en la que se multaba (es decir, se consideraba una infracción, no un acto criminal, como saltarse un semáforo) a quien consumiera estupefacientes frente a menores de edad. Pero la Corte había tumbado buena parte del proyecto de ley, y había quedado en el limbo quién la ejecutaría y cómo. Al no tener responsables claros ni procedimientos definidos, la ley había quedado reducida a puras buenas intenciones de papel.

Uribe necesitaba el favor de los liberales para su referendo. Pero además, el tema le fascinó de inmediato. En aquel entonces, el Presidente supo de una encuesta que revelaba que el 70 por ciento de los colombianos asociaba droga y delito y despreciaba profundamente al adicto. Ante la necesidad de aprobación del referendo, en vez de ayudar a sacar del limbo la ley de Rivera, Uribe se apropió del tema e incluyó la pregunta sobre la penalización de la dosis personal en un referendo que en principio no tenía absolutamente nada que ver con eso.

Ese fue el inicio de los cuatro proyectos de ley que ha presentado el gobierno durante estos años para penalizar la dosis personal. Y es probable que esta vez sí se apruebe. Uribe sabe que un tema que cuenta con el apoyo popular, que cree que esa prohibición logrará por arte de magia acabar con la delincuencia, con la violencia del narcotráfico y con la fuente de ingresos del negocio. Nadie quiere tener que pensar más allá. Todo parece sensato.

Pero existe un pequeño problema: esto no es cierto.

El vicio de prohibir

Porque es precisamente la prohibición la que ha hecho florecer el negocio del narcotráfico. Un día antes de que el gobierno radicó el proyecto, la Comisión Latinoamericana sobre Drogas y Democracia, liderada por los ex presidentes César Gaviria, Fernando Henrique Cardoso y Ernesto Zedillo y conformada por muy serios intelectuales de América Latina, publicó un documento contundente: reafirma que la violencia y el crimen organizado asociados con el narcotráfico constituyen uno de los problemas más graves de América Latina. E invita a aceptar que la estrategia de los últimos 30 años en la guerra contra las drogas fracasó, dada la evidencia de las cifras (de hectáreas de coca cultivadas a pesar de fumigaciones; de muertes violentas a pesar de miles de capturas y bajas; de lavado de activos a pesar de los controles y un largo etcétera). Dice así. "Las políticas prohibicionistas basadas en la represión de la producción y de interdicción al tráfico y a la distribución, así como la criminalización del consumo, no han producido los resultados esperados. Estamos más lejos que nunca del objetivo proclamado de erradicación de las drogas". Y añade algo más: las mafias de la droga constituyen una profunda amenaza contra la democracia: han logrado criminalizar la política con su inmenso poder corruptor de funcionarios públicos, de jueces, de gobiernos y de fuerzas policiales. La democracia se arrodilla ante el poder de las mafias del narcotráfico.

Lo primero que queda en evidencia después de leer el informe es que el presidente Uribe no es el único que quiere erradicar el problema de las drogas. No. Excepto los traficantes, todo el mundo quiere lo mismo. Y esto hay que decirlo porque su hábil estrategia política logra confundirnos y acabamos creyendo que si no lo apoyamos es porque condonamos la delincuencia. No es cierto. Es sólo que hay diferencia de opiniones sobre cómo hacerlo. Durante tres décadas, la guerra contra las drogas ha estado basada en exactamente las mismas propuestas de Uribe: prohibir, criminalizar, fumigar. Nada de eso ha servido. Y nadie ha pagado más caro que Colombia -en sangre y dolor- el costo de ese prohibicionismo.

Pero el proyecto de Uribe no sólo persiste en tácticas fracasadas: tiene otras implicaciones que conviene mirar: lo que busca es derogar la sentencia C-221 de 1994 del entonces magistrado de la Corte Constitucional, Carlos Gaviria, hoy presidente del Polo y principal opositor político de Uribe. Una curiosa casualidad. Esa sentencia despenalizaba la dosis personal basándose en que el individuo tiene derecho a decidir qué es bueno o malo para sí. Es decir, trata al ciudadano como a un adulto. Le exige criterio. Autonomía. Asume que el Estado lo ha educado para poder ejercer su libertad personal. E implicaba en todo caso que la prohibición no es el camino.

La tentación de prohibir ha provenido, históricamente, del miedo. Y el autoritarismo tiene en el miedo su más poderosa herramienta. Basta mirar la historia de la Iglesia Católica. Miedo al infierno, miedo a la culpa, miedo al sexo. Miedo a todo aquello que reste capacidad de control por parte de la suprema autoridad que todo lo ve. Para la mente autoritaria, "permitir" equivale a "permisividad". Si algo se deja al libre albedrío del individuo, el autoritario está convencido de que lo que sigue es el frenesí, el desbordamiento, el exceso. No la libertad, sino el libertinaje.

Por eso el Papa predica la abstinencia sexual; por eso Uribe quiere prohibir fumar un cigarrillo de marihuana; porque ninguno de los dos confía en que un hombre o una mujer decidan ser fieles por ellos mismos, o que elijan cuándo y cómo y por qué quieren fumar o consumir o dejar de hacerlo. Es decir, en el fondo, le están negando a la educación su capacidad de empoderamiento del ser humano. Lo tratan como a un niño.

El esplendor de los cristianos

Si todo esto le parece lejano al lector, demasiado abstracto, intentaré decirlo de otra manera, contando otra historia que en apariencia no tiene nada que ver:

Los medios de comunicación registran con entusiasmo un concierto de Joaquín Sabina al que asistieron 4.000 personas, pero ignoran el concierto de un tal Alejandro Olivares, un roquero cristiano argentino que congregó a más de 10.000 jóvenes hace dos años en... Tunja (!!!) y cuyos videos baten récord de hits en Youtube. Nadie analiza el fenómeno masivo -en devoción y en votos- que han generado las nuevas iglesias cristianas porque no es una expresión de clase alta. Pero aquella fórmula tan colombiana de que lo que funciona es "lo aspiracional", aquí no aplica.

Y la verdad es que en los últimos años, los cristianos han tenido cada vez más presencia en el Congreso. Rodrigo Rivera mismo se convirtió al cristianismo. Y ese Congreso tan uribista es el mismo que en julio de 2005 condecoró a los pastores evangélicos Ricardo y María Patricia Rodríguez, de la Iglesia Centro de Avivamiento para Las Naciones, con la Cruz de Oro de la Orden de la Democracia Simón Bolívar, por los servicios prestados al país en el ejercicio de su misión evangélica. Representan a miles y miles de feligreses, es decir, de obedientes votantes.

Y miren cómo se mueven: caso uno. El 3 de mayo de 2007 Édgar Espíndola Niño, ex alcalde de Sogamoso y cristiano evangélico, ocupó la curul de Luis Eduardo Vives, investigado por nexos con el paramilitarismo. Su proyecto de ley estrella fue el siguiente: multar con 20 salarios mínimos legales mensuales vigentes a todo el que incurriera en adulterio. Inevitable preguntarse: ¿No sería preferible que el Estado no interfiriera en los problemas de pareja? ¿No será que pertenecen a la esfera de la intimidad? Caso dos. Víctor Velásquez Reyes, senador del movimiento Colombia Viva en Unión Cristiana, presentó un proyecto de ley para prohibir a homosexuales y prostitutas el uso de prendas que se puedan interpretar como exhibicionismo con fines comerciales. Inevitable preguntarse:¿Debe el Estado regular la profundidad del escote, o el largo de la falda? Caso tres, que ya pasa de castaño oscuro: la semana pasada se debatió en el Congreso el siguiente proyecto de ley, presentado por la senadora Claudia Rodríguez de Castellanos, fundadora de la Misión Carismática Internacional, y cuyos feligreses la llevaron a ocupar su curul: "La presente ley tiene por objeto otorgar competencia a los comandantes y subcomandantes de Estación de Policía, para aplicar la retención transitoria en Comandos de Estación a toda persona que evidencie vulnerabilidad, indefensión o excitación, y que por esa condición puedan convertirse en potenciales víctimas o victimarios". ¿Tengo que hacer una pregunta?

La misma madre de familia que apoya un proyecto porque quiere proteger a sus hijos del contacto con la droga se va a topar cualquier día con que a su hijo o su marido lo han detenido, por ejemplo, por caminar tranquilamente hacia su casa con unos cuantos traguitos de más. ¿Debería el Estado decidir si usted camina por la calle 'demasiado' contento (excitado) o demasiado asustado (vulnerable)? ¿No son estos conceptos peligrosamente ambiguos? ¿No pueden convertirse en métodos aberrantes para coartar la libertad individual?

Prohibir al individuo el ejercicio de una libertad para consigo mismo, que no vulnere a otros, es la máxima tentación cristiana, y es la herramienta de control social más cara a todo paternalismo autoritario. Tanto en la política como en la religión. Las respuestas a los problemas del narcotráfico y el sida no están en impedir el uso de condones o marihuana, sino en la capacidad que tengamos de superar el miedo milenario al sexo y a las drogas. Hay que promover toda propuesta de ley o reforma eclesiástica que busque empoderar al individuo. Para que sea él quien decida para cuándo quiere dejar el gustico. Pero por más que uno busque, en los últimos seis años no encontrará ninguna propuesta de esta naturaleza. Sólo Papas que quieren gobernar y revivir las cruzadas, y presidentes que quieren desfilar con el sahumerio bamboleante mientras bendicen, entre el humo y los votos, a la penitente feligresía.Semana.com, Revista Semana, edición 1404


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Las Farc atacan en tres departamentos

Conflicto armado Hostigamientos a muncipios, quema de camiones en las carreteras y ataques contra la policía, son algunas de las acciones de las Farc para conmemorar un año de la muerte de su máximo líder.
Los departamentos del Meta, Valle y Nariño amanecieron este viernes con el asedio de las Farc que decidieron ejecutar ataques indiscriminados en varias regiones del país para conmemorar el primer año de la muerte de ‘Raúl Reyes’ y ‘Tirofijo’, dos de los líderes insignes de este grupo guerrillero.

En las últimas horas, miembros del frente 27 de las Farc lanzaron un cilindro bomba contra un grupo de policías que estaba de guardia en el municipio de Vistahermosa, Meta. Allí murió un patrullero, otros cinco quedaron heridos y tres erradicadores manuales de coca también resultaron lesionados. Y en el municipio de Mesetas, en el mismo departamento, presuntos guerrilleros del frente 43 de las Farc atacaron una guarnición policial que cobró la vida de uno de los uniformados y dejó heridos a dos de sus compañeros.

Entre tanto en Ipiales (Nariño), dos policías quedaron heridos tras un hostigamiento que las Farc hicieron contra este municipio, por unas dos horas, en la madrugada de este viernes. Las autoridades no reportaron ninguna víctima tras el incidente.

Y por último, siete camiones que transportaban mercancía importada fueron quemados por el grupo guerrillero en la vía que de Cali conduce a Buenaventura. El ataque ocurrió en una vereda a 20 minutos del puerto.

Según informó el comandante de la Policía de Carreteras, general Luis Antonio Montenegro, los conductores fueron amenazados y después fueron bajados de los vehículos antes de incinerarlos. Por esta razón , el tráfico entre la capital del Valle y Buenaventura estaba paralizado en la mañana de hoy.

El general Montenegro agregó por último que tropas del Ejército se movilizaron hasta la zona y recibieron el apoyo de aviones de la Fuerza Aérea para retomar el control del lugar.

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Resistencia civil

Opinión En la Unión Soviética se hacía lo mismo con los disidentes: los curaban encerrándolos en hospitales siquiatricos
Antonio Caballero
Hay los problemas que provoca la droga. Y hay además los problemas, infinitamente más graves, que provocan las autoridades con el pretexto de solucionar los problemas que provoca la droga. El primero de ellos es el de la prohibición y consiguiente guerra, con su secuela de sangre, corrupción y destrucción. Y como ñapa, el presidente Álvaro Uribe propone por quinta vez la supresión de la "dosis personal" de los adictos, que sirve para distinguir al inofensivo usuario de drogas del peligroso narcotraficante.

No es una simple idiotez, como parece al escuchar los argumentos que defienden la medida, demagógicos y paternalistas, de santurronería oportunista, pero en el fondo de intención liberticida, como suelen ser siempre las iniciativas de las autoridades cuando acuden al principio de la defensa de la moral. Existe en la hipócrita Arabia Saudita un 'Comité para la Propagación de la Virtud y la Prevención del Vicio' del cual depende un cuerpo de Policía de costumbres que espía, encarcela y castiga con látigo a quien es sorprendido bebiendo, blasfemando o fornicando. Para allá quiere llevarnos el capataz de esta finca, que ya abandonó el guaro por las goticas homeopáticas y ya aconsejó a los jóvenes posponer para la vejez lo que él llama "el gustico". Quiere que todos sus súbditos, como él, seamos buenos a la fuerza.

Y anuncia su viceministro de Justicia, Miguel Cevallos, que el asunto es más sutil. Al que sea sorprendido consumiendo droga no se le castigará como a un delincuente, sino que se lo tratará como a un enfermo mental. Será puesto por sus captores a disposición de un tribunal especial en el que un juez, asesorado por médicos y sicólogos, le impondrá un tratamiento para su vicio o adicción, obligatorio, y, de acuerdo con la gravedad del caso, con privación temporal de la libertad. Temporal, en principio. Pero ¿y si a pesar del tratamiento a base de drogas, es de suponer- el enfermo nada que se cura? ¿Cadena perpetua? Por otra parte, un millón y medio de colombianos consumimos o hemos consumido drogas (hasta aquel otro paisa abstemio que tuvimos, Pablo Escobar, fumaba marihuana): ¿darán abasto los tribunales especiales del viceministro Ceballos?

Pero la droga, como dije al principio, es sólo el pretexto. El objetivo es otro, como lo señalaba hace unos días en El Espectador el columnista Daniel Pacheco. "Lo que plantea esta nueva ley -escribe Pacheco- es que el Estado es la instancia superior que determina quién es normal y quién es anormal. Después de la droga puede seguir la regulación de la sexualidad, la apariencia física y las ideas, 'por el bien de la sociedad'".

Pues el proceso es el mismo que describe la vieja fabulita didáctica que durante 50 años fue atribuida a Bertolt Brecht (y de la cual gracias a Internet hasta los más ignorantes sabemos hoy que es de un ignoto pastor protestante): la fabulita sobre lo que les pasa a los otros. "Cuando se llevaron a los comunistas no me importó, porque yo no era comunista; cuando se llevaron a los judíos..." etc. El gobierno de Uribe por ahora sólo propone tratar como locos a los drogadictos. En los años finales de a Unión Soviética se hacía lo mismo con los disidentes: en vez de castigarlos enviándolos a Siberia, los curaban encerrándolos en hospitales siquiátricos.

Pacheco, que por lo visto es un entusiasta, concluye su columna con una invitación a sus lectores para que "pasen a la acción" y vayan a manifestarse este jueves que viene en la Plaza de Bolívar de Bogotá, a las 6 de la tarde, portando cada cual su "dosis de personalidad". Tiene razón. Como la tenía el autor de la fabulita. La libertad se construye y se mantiene mediante la resistencia civil contra el poder.

...

NOTA que algo tiene que ver con lo anterior. Alguien debió decirle por fin a la Secretaria de Gobierno de la Alcaldía Mayor que el verbo "ver" no se conjuga con zeta. Y ahora por lo menos respetan la ortografía en los anuncios de prensa con los que, al paso que compran la benevolencia de la prensa, incitan a los ciudadanos a delatar a los niños que vean fumando ante el número de emergencias 123 (¿unodostrez ). ¿Qué harán después con ellos? En el caso hipotético de que en el 123 contesten ¿se llenarán de niños fumadores los manicomios de Colombia?


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Secretos sobre estado actual de 'Jojoy' y las Farc se hallaron en cuevas del Meta donde se escondía



Marzo 24 de 2009


EL TIEMPO recorrió La Uribe y el Guayabero y tuvo acceso a información que, entre otras cosas, cuenta cómo murió 'Adán Izquierdo', un 'histórico' de las Farc que estuvo postulado al secretariado.


También hay un video que muestra las dificultades del jefe guerrillero 'Andrés París', intentado trepar una empinada cascada en las montañas del Meta a la par de sus subalternos. La imagen dista mucho del negociador que se solía ver en el Caguán.

'Adán Izquierdo' ¿asesinado por su compañera?

El mejor estilo de Alí Babá y los 40 ladrones, personajes de Las mil y una noches, el 'Mono Jojoy' tenía guardados algunos de sus secretos más importantes en las cuevas de las que salió huyendo en febrero por las operaciones militares en La Macarena.

En los documentos, que hoy son analizados por inteligencia militar, hay varios cuadernos escritos por la radioperadora del 'Mono Jojoy'. Son una especie de diario del máximo jefe militar de esa guerrilla, con fechas, horas y datos específicos. Algunas fuentes dicen que los 'cuadernos de Jojoy' pueden ser tan reveladores como los archivos del PC de 'Reyes'.

En uno de esos cuadernos aparece registrado el mensaje que el 26 de junio del 2006 Briceño envió por radio a todos los jefes de frentes, con una mención especial a 'Jhon 40', del frente 43.

"A todos: deben tener en claro que la gente nueva debe pasar por un proceso (...) Los comandantes no pueden socializar con las guerrilleras nuevas porque les puede generar conflictos -dice el reporte-. Hay que recordar el caso del camarada 'Adán Izquierdo', que terminó asesinado por la compañera por malos entendidos con una guerrillera nueva".

Según la versión que entregaron las Farc en su momento, en los últimos meses de la zona de distensión (2002), 'Izquierdo' murió a causa de una enfermedad. En la zona, sin embargo, el rumor de una pelea pasional cobró fuerza y de inmediato fue desmentido. El mensaje de 'Jojoy' da nuevas pistas sobre el fin de 'Izquierdo'.

La ruta del 'Mono' y el acoso del Ejército

Los documentos marcan también los últimos pasos del jefe del bloque Oriental. Después de huir de La Macarena, en el 2007, se internó en la región del Guayabero y buscó la cabecera del río Papaneme, donde hace un año la Fuerza de Despliegue Rápido lanzó en su contra la operación Filipo III.

Hay 25 registros, entre el 3 de febrero del 2007 y enero del 2009. Los puntos que están consignados fueron hechos cuando el jefe de las Farc recibía la remesa que sus hombres le enviaban, a lomo de mula, desde Baraya y Colombia (Huila).

Uno de los registros, del 8 de junio del año pasado, reseña el sitio La Lulera, en el Guayabero (Meta). Allí estaba esperando un lote de mulas, pero fue interceptado por el Ejército. Los guerrilleros, según el registro del radioperador, solicitan que los abastecimientos entren por otro lugar, porque "el Huila está lleno de tropa".

Hacia finales del año, dicen los cuadernos, un número reducido de abastecimientos llegó por el río Leyva. El 12 de noviembre vuelve a quedar constancia de que, en un nuevo intento, se envió otra caravana de mulas. El Ejército también la detectó.

El último registro del cuaderno de la radioperadora ubica a 'Jojoy' en las bocas del Papaneme, una extensa zona selvática al occidente del Guayabero. En el llamado se pide con urgencia al interlocutor "la medicina del camarada...".

Se refieren a las drogas que necesita el jefe guerrillero para la diabetes que lo aqueja hace algunos años y que quedó en evidencia por una foto publicada por EL TIEMPO el año pasado.


Publicado en:
www.eltiempo.com