martes, 26 de febrero de 2008

La marcha de humo

La marcha de humo
Editorial


La marcha del cuatro de febrero ha sido una movilización particular por la manera como fue convocada desde los monopolios de comunicación, por el momento en que se llamó a marchar a las calles, por la forma en que fue asumida por la gente y por las repercusiones que ha tenido la misma. Es convocada, en principio, por un grupo de jóvenes que en favor de los secuestrados promueve una movilización. Dicho grupo pasa sospechosamente de escribir correos, a hacerse responsable de una movilización en la que se desplegaron recursos nunca antes vistos y en la que los grandes medios de comunicación tuvieron gran responsabilidad en cuanto a la convocatoria.

La marcha, desde su preparación, es usada para dispersar de la opinión pública otros temas como los de la relación de Mario Uribe, primo del presidente de la República, con la parapolítica y la demanda por calumnia de Álvaro Uribe contra el presidente de la Corte Suprema de Justicia, César Julio Valencia Copete, cuando éste sostiene que el presidente abogó por su primo en relación con el proceso penal que se le imputa.

Por otra parte, la marcha desató emociones viscerales que nublan a la población en sentimientos supuestamente nacionalistas a favor de una paz intolerante y armamentista, actos que deben ser tomados con sensatez por parte de organizaciones que promuevan la organización civil y la defensa de libertades democráticas.

La preparación de la marcha no solo se enfocó en el hecho mismo de salir a las calles: la campaña de convocatoria, que incluyó millonarios contratos a prestigiosas agencias de publicidad, motivó también un ambiente de estigmatización y señalamiento contra la oposición, a la que empieza a señalarse como enemigos de la ‘paz uribista’. De esta manera, después de la entrega de Clara Rojas y Consuelo González por parte de las FARC, gracias a la mediación de la senadora Piedad Córdoba y el presidente Chávez, la dirigente liberal fue agredida en aeropuertos del país y señalada de “apátrida” y aliada de la subversión. A la vez, la marcha cambiaba de sentido: de mediar por los secuestrados y el intercambio humanitario pasó, por obra y gracia de los monopolios de comunicación y el gobierno, a enfocarse en un rechazo a la guerrilla de las FARC manipulado por los intereses dominantes en el país.

Parece, entonces, que lo pretendido con esta movilización es utilizarla para adelantar una arremetida internacional en contra de la imagen del grupo guerrillero y que se busca hacer lo mismo con los opositores al gobierno actual, con el objeto de robustecer la opinión pública respecto a las medidas económicas, los acuerdos con los narcoparamilitares y la llamada ‘seguridad democrática’ del Jefe de Estado. Muestra de ello fue el despliegue mediático, la convocatoria desde Facebook –que, por un momento, dejó de ser un sitio para averiguar chismes y ser visto–, el apoyo de algunas universidades y el soporte del sector empresarial al dar el día libre y gastar en camisetas, banderines y otros accesorios alusivos a la paz sectaria de Uribe.

De esta manera, las personas que asistieron a la marcha fueron convocados por organizaciones políticas y partidos del círculo inmediato del presidente, estructuras que apoyaron la iniciativa desde un comienzo. Por otra parte, las personas que apuestan a la paz sin detenerse a pensar un poco en el tipo de paz que les es propuesta también se lanzaron a las calles en pos del sentimiento supuestamente patriótico que flotaba en el ambiente. Además, algunas acciones guerrilleras, que resultan de un cálculo político erróneo, han generado importantes rechazos desde diversos sectores por sus cruentos resultados y por el aprovechamiento que de ellas hacen los sectores más proclives al gobierno, a través de los grandes medios de comunicación, que las emplean para sustentar el discurso que señala a la insurgencia armada como el origen y causa de todos los problemas del país, acrecentando el número de asistentes a la marcha.

Sin embargo, lo importante no es la cantidad de gente que asistió, como tratan de hacer ver los medios, ni el estrato o la difusión mediática desesperada y bien organizada, sino los síntomas de una creciente manipulación y de una intolerancia política que favorece a quienes se benefician del poder: llegar a acallar con golpes e injurias las voces que recordaban el acuerdo humanitario, a las personas que denunciaban los nexos que tiene el paramilitarismo con el gobierno de Uribe y lanzar arengas para catalogar al Polo Democrático Alternativo como guerrilleros sólo beneficia a la paranoia generalizada con la cual se recupera la debilitada legitimidad del régimen y se justifica que libertades democráticas fundamentales, como la de expresión, se vean coartadas.

Pasada la marcha que, con fines generosos, organizaron y concluyeron un grupo de jóvenes patriotas, la paz al estilo de Uribe se ha capitalizado. Muestra de ello es la recolecta de firmas que se inició pasada la marcha por una nueva reelección presidencial y que busca enterrar el tema de las relaciones del presidente con la parapolítica, los problemas económicos que enfrenta el país, el aumento de la pobreza y la miseria, la crisis en materia de derechos humanos y la violencia generalizada por unos narcoparamilitares en proceso de reingeniería.

Es por ello que se debe actuar de forma responsable desde quienes buscan salidas políticas al conflicto y quienes se oponen al guerrerismo descarnado que se ha impuesto en Colombia. El análisis juicioso sobre las posturas en contienda, sobre la población que se ve afectada por la guerra, sobre las condiciones que la generan, sobre el respeto al Derecho Internacional Humanitario por las partes en confrontación, sobre los intereses que guían el accionar de las guerrillas y el gobierno, y sobre el rumbo político que ha asumido el país se imponen en la agenda para buscar propuestas concretas que transformen al país. Si la respuestas no conllevan madurez suficiente, se ofrecerá a las personas más cortinas de humo, más enemigos absolutos y perfeccionados por un discurso gobiernista en el que se señala a toda oposición como enemiga, más beneficios a la imagen de un supuesto Mesías que dice “trabajar, trabajar y trabajar” para que le crean que lo hace por el pueblo

www.modep.org

Las FARC comunican al Gobierno venezolano el lugar donde los ex parlamentarios Polanco de Lozada, Luis Eladio Pérez, Beltrán Cuéllar y Gechem Turbay s

Uribe asegura que Colombia colaborará mañana en la liberación de los cuatro rehenes
Las FARC comunican al Gobierno venezolano el lugar donde los ex parlamentarios Polanco de Lozada, Luis Eladio Pérez, Beltrán Cuéllar y Gechem Turbay serán liberados
EFE - Caracas - 26/02/2008

El presidente de Colombia, Alvaro Uribe, ha afirmado que su Gobierno colaborará en la liberación de cuatro ex congresistas secuestrados por la guerrilla de las FARC que posiblemente serán puestos en libertad mañana.

Uribe, en una breve declaración divulgada hoy por la Presidencia, ha dicho que su administración “colaborará, como lo ha hecho siempre” para facilitar la entrega de los ex parlamentarios Gloria Polanco de Lozada, Orlando Beltrán Cuéllar, Luis Eladio Pérez y Jorge Eduardo Géchem Turbay.

Estos cuatro políticos están en poder de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) que anunció el pasado 31 de enero que liberaría a Polanco deLozada, Beltrán Cuéllar y Pérez, y el pasado fin de semana confirmó que también liberará a Géchem Turbay, con problemas graves de salud.

Estos rehenes serán liberados de forma similar a la ex candidata a vicepresidente Clara Rojas y la ex congresista Consuelo González de Perdomo, que las FARC entregaron el pasado 10 de enero a una comisión humanitaria en una operación facilitada por el presidente de Venezuela, Hugo Chávez.

Entrega de coordenadas

El ministro del Interior de Venezuela, Ramón Rodríguez Chacín, dijo ayer que su Gobierno ya recibió de las FARC las coordenadas del sitio del sur de Colombia en el que deben ser recogidos los cuatro secuestrados mañana, pero también acusó al Gobierno colombiano de movilizar operativos militares de manera “desmedida en la zona” y poner en “peligro” la operación.

El general Mario Montoya, comandante del Ejército de Colombia, señaló ayer que las tropas no interferirán en la entrega de los cuatro ex parlamentarios y subrayó que “no se están adelantando operaciones ni se están intensificando operaciones” en la zona de la prevista liberación.

Hace cuatro días, Sergio Pérez, uno de los hijos del senador Luis Eladio Pérez, pidió en Caracas al presidente Álvaro Uribe el fin inmediato de las operaciones militares en áreas cercanas a la zona donde están los rehenes.

Pérez reaccionó así a un comunicado leído poco antes por el ministro colombiano de Defensa, Juan Manuel Santos, que aseguró que el Ejército conoce el emplazamiento de dos campamentos donde están los cuatro rehenes y exhortará a los guerrilleros de las FARC a acelerar su entrega.

Esos campamentos se encuentran en las selvas del Guaviare, en el sureste de Colombia, donde el grupo guerrillero entregó en enero pasado a Clara Rojas y Consuelo González a una delegación enviada por Venezuela y completada por funcionarios de la Cruz Roja, tras frustrarse una primera operación a finales.

www.elpais.com

La resaca de las Farc

La resaca de las Farc
Este guerrillero, que fue la mano derecha del 'Negro Acacio' durante 17 años, asegura que las Farc se están resquebrajando.
Rafael Quintana* le debe al aguardiente lo bueno y lo malo que le ha pasado en la vida. Un día cualquiera, hace 17 años, amaneció enguayabado y de malas pulgas, y se incorporó sin pensarlo mucho al frente 16 de las Farc. Y hace apenas tres meses, como tercero al mando del mismo frente, decidió emborrachar a los ocho guerrilleros que lo acompañaban, para desertar mientras dormían la resaca.

La muerte del 'Negro Acacio' -después de un bombardeo hecho con precisión milimétrica por los aviones supertucano de la Fuerza aérea el pasado primero de septiembre- lo había dejado a la deriva y expuesto a los malos tratos de 'Guillermo', quien era el segundo comandante, y en cuyas manos el Frente 16 está haciéndose agua. Eso, por lo menos, es lo que piensa Quintana.

Su vida realmente comenzó en la guerrilla. Nació en 1970 en el Tolima, en medio de una pobreza tan extrema, que apenas cumplió los 12 años se fue a buscar aventura. Conoció las minas de esmeraldas, fue vaquero en los llanos de Arauca y terminó sembrando palma de aceite en el Casanare. A la pobreza y el desarraigo de su vida se le sumaba un corazón vagabundo, que se enredaba en todas partes, y su afición de siempre a los gallos, el coleo, el juego y el ron.

En medio de esta vida convulsa, y estando en Villavicencio, recibió la oferta de viajar al Vichada a raspar coca. "Un amigo me dijo que en Puerto Príncipe estaban botando la plata, pero cuando llegué, me llevé una sorpresa. La guerrilla nos detuvo a mí y a cinco amigos, y nos dejaron amarrados durante 15 días". Durante esos días fueron sometidos a interrogatorios, dormían en plásticos, con las pitas de poliéster entre las muñecas y el cuello. Al cabo de dos semanas recibieron la orden de trabajar en una finca, donde serían vigilados por los insurgentes, que eran Dios y ley en esa selva. Corría el año 91, y mientras el socialismo se derrumbaba en el mundo entero, las Farc crecían igual que la hierba maldita que cultivaban en la selva.

Rafael, un raspachín común, no tenía más aliciente que emborracharse cada fin de semana. La 'guerrillerada' se movía por todas partes controlando la compra y la venta de base de coca, imponían orden y tenían, para gusto de Quintana, unas mujeres muy bonitas. Así fue como una noche, borracho, decidió que aquella era mejor vida que la que había tenido en el pasado, y la que de seguro tendría en el futuro. Y se fue para el monte.

El guayabo se le pasó con tres meses de entrenamiento militar y con la triste y cruda realidad de que nunca volvería a hablar ni ver a su familia. Pero él era un desarraigado y el desasosiego pasó pronto. Sus primeros dos años se fueron en lo básico: 'ranchar' -cocinar- y prestar guardia. Todo mejoró dos años después, cuando lo ascendieron y tuvo mando sobre unos 10 muchachos. Ya era 'alguien'. Empezó a imaginarse que podía ascender a comandante. Como 'John 40', al que había conocido en sus primeros días como combatiente, y a quien admiraba por "ser buena gente, tratable, rumbero... le gusta el juego y el baile". O como el propio 'Negro Acacio', un hombre que para entonces era apenas jefe de escuadra, pero cuya formación política, capacidad para los negocios y carisma lo proyectaban como futuro jefe.

Durante la década de los 90, el frente se dedicó exclusivamente a recoger dinero. No daban abasto. En los mejores tiempos, en cada caserío se recogían 600 kilos de base de coca cada semana. En aquella época, la guerrilla cobraba 800.000 pesos de impuesto por cada kilo. Rafael calcula que en dinero, el frente recaudaba entre 2.000 y 3.000 millones de pesos a la semana. "Una parte se enviaba para el Secretariado. Con lo otro se compraban armas y se sostenía el frente", dice. El dinero del Secretariado estaba destinado al desarrollo del llamado 'Plan Estratégico', que buscaba urbanizar la guerra.

Con las armas, se hicieron contactos de alto nivel, como el que permitió que el hombre fuerte de la inteligencia peruana, Vladimiro Montesinos, mediara en la compra de 10.000 fusiles AK 47 que negoció directamente 'Acacio' y que fueron arrojados en cajas con paracaídas en las selvas del Guaviare en el año 2000. El 'Negro' había logrado consolidar la presencia de las Farc en las fronteras de Venezuela y Brasil, en particular en San Felipe, a donde llegaban comerciantes de armas y compradores de drogas europeos y de Brasil y Perú. Para entonces no había problema. La droga salía por aire desde pistas legales ubicadas en pueblos como Cumaribo, Guérima y Barrancominas. En otras ocasiones se sacaban por el río Tuparro y el río Inírida hasta la frontera. También por esta zona se abastecía a las Farc de munición. "Militares retirados de Venezuela nos vendían los cartuchos", cuenta Rafael. En promedio, 100.000 tiros en cada viaje, anota otro desertor.

Al calor del dinero, el frente crecía. La orden del Secretariado era invertir el dinero. "Llegamos a tener 3.000 reses, fincas, residencias, restaurantes, supermercados, todo lo que hiciera falta", dice Rafael, quien en el año 2000 fue enviado a la zona del Caguán donde hizo un curso para convertirse en mando. "Fueron tres meses sentado en una banca estudiando marxismo y analizando la situación económica del país. Sabíamos que teníamos que estar capacitados para gobernar el país. Algunos de nosotros tal vez íbamos a ser alcaldes o gobernadores. Después fueron meses de entrenamiento militar", recuerda.

Lo que más impacto le causó fueron varios videos que vio sobre la revolución sandinista en Nicaragua. Le impresionó ver la insurrección, la sensación de que un pueblo podía alzarse en armas y que gente como Daniel Ortega llegaba triunfante de la selva a la ciudad.

Al volver del Caguán al Vichada, convertido en mando, se le entregó la responsabilidad de reclutar a los nuevos guerrilleros. "Creo que incorporé unas 200 personas a las Farc en seis años". Incluidos niños. Recuerda en particular el caso de una pequeña de 11 años, hija de una mujer que cogía hoja de coca, y que permitía que los hombres abusaran de la niña si le daban arrobas de hoja. Rafael se enteró de la situación, expulsó a la mujer y se llevó la menor a la guerrilla. La niña sigue allí.

Pero la vida del frente 16, de opulencia económica y expansión militar, estaba por cambiar radicalmente. En 2001 fue lanzada por las Fuerzas Militares la operación 'Gato Negro' para golpear al frente de 'Acacio', que se había convertido en la fuente de financiación más importante de las Farc. Los militares lograron la captura de 'Fernandino', un narcotraficante brasileño que era el principal comprador de la coca de la guerrilla en el oriente del país. Los contactos internacionales de 'Acacio' menguaron considerablemente, así como su libertad de movimiento, pues su foto estaba en todos los diarios del continente y se ofrecía una recompensa de casi un millón de dólares por su cabeza. El 'Negro Acacio' se vio forzado a desplazarse a los límites con el Guaviare, y la población que le era leal por su carisma, empezó a declinar en su apoyo al frente 16, pues los nuevos guerrilleros que llegaron a reemplazarle no tenían formación política.

A partir de allí, Rafael tuvo que imaginar nuevas tácticas para reclutar guerrilleros. "Los invitaba a un curso para milicianos de una semana con el compromiso de que el que quisiera irse después, lo podía hacer. Les enseñaba a usar armas y algo de política. Al final, les hacía una fiesta, les mataba vaca, y les daba todo el trago que quisieran. Entonces sacaba bien pulidas a las guerrilleras. Ellas se encargaban del resto. Ya borrachos, se iban para donde ellas dijeran", relata.

Pero este tipo de reclutamiento se convirtió en el peor talón de Aquiles para la guerrilla. Muchos de estos incautos desertaban a la primera oportunidad, y también se convirtió en una manera fácil para que el Ejército se infiltrara. De hecho, las tropas oficiales habían estado en los últimos cuatro años muy cerca de 'Acacio', y le habían hecho dos ofensivas en las que casi lo matan. "Incluso en el último tiempo 'Manuel Marulanda' mandó un mensaje claro: si las Farc quedan reducidas a 30 guerrilleros, que así sea, pero que sean guerrilleros de verdad", cuenta Rafael.

Su reflexión sobre la calidad de los combatientes es muy simple: "El Ejército pelea es contra los brutos. Las personas que han estudiado se van a las ciudades y se convierten en testaferros. Viven de la plata que nosotros producíamos, echando bueno. Yo nunca combatí al lado de un bachiller. En el campo quedamos fue los ignorantes".

Las Fuerzas Militares comprendieron que el dinero que producía el frente de 'Acacio' era buena parte de la gasolina de todo el Bloque Oriental, que cuenta con 5.000 hombres bajo el mando del 'Mono Jojoy', y que resistía en los llanos del Yarí la ofensiva militar del gobierno. El 'Plan Patriota', la más ambiciosa campaña contrainsurgente de las Fuerzas Militares, había desplegado 17.000 hombres en el sur del país para acabar con las retaguardia de la guerrilla, y frenar sus planes de llegar a las ciudades. Por primera vez, llegaron tropas de la Brigada de Selva 28 del Ejército a sitios clave del Vichada y de las fronteras con Venezuela y Brasil. "La llegada de los soldados a Barrancominas y San Felipe nos complicó mucho las cosas". La coca ya no podía salir en lanchas, avionetas ni carros. "Tocaba sacarla a pica, es decir, a pata".

El año pasado, Rafael se puso al frente de 60 guerrilleros, cada uno con 20 kilos de coca en el morral, que caminaron durante cinco días sin parar, para llegar con la droga a la frontera. El problema es que si bien la coca se puede sacar así, el armamento y la munición, que son pesados, no. Este se convirtió en el verdadero cuello de botella para las Farc, por lo menos en esta ruta, otrora bajo su control.

La otra complicación vino de la mano de la aviación. "Por radio escuchábamos cuando el Ejército anunciaba que venían los aviones, y si eran los Kfir o los supertucano, tocaba desocupar los campamentos, o si íbamos en carro o lancha, tirarse al monte". En cambio, dice, si enviaban el avión fantasma, no pasaba nada, pues su tecnología no es tan buena.

El frente tenía órdenes de eludir el combate. "Es que con la munición 5.56 del Ejército a uno le quedan muy fácil hombres heridos. Si hieren un soldado, el helicóptero lo recoge y lo llevan al hospital. Para nosotros, en cambio, era un asunto muy difícil porque no teníamos hospital donde llevar a la gente". Todo esto mostraba un panorama complicado, que se convirtió en nefasto con la muerte de 'Acacio'. "Íbamos para el campamento de él con una droga, cuando escuchamos el bombardeo", dice. Se sabe que alguien muy cercano al mítico guerrillero entregó las coordenadas exactas con las que se hizo el ataque. Junto a él murieron sus hombres de confianza, que eran los 'caleteros', quienes sabían dónde estaban enterrados el dinero y las armas. Y con 'Acacio' también se fueron contactos internacionales hechos durante años, y que eran como oro para el Secretariado.

La muerte de 'Acacio' desencadenó una verdadera estampida. El segundo al mando de este Frente, 'Guillermo', un hombre también con casi dos décadas en las Farc y de toda la confianza del 'Mono Jojoy', se había destacado por ser un jefe autoritario con sus propios hombres y distante de la población civil. Un hombre sólo especializado en finanzas y cuya función en las Farc es recaudar dinero. "Eso no era lo que 'Marulanda' decía. La novena conferencia ordenó volver al trabajo de masas porque las Farc se dieron cuenta de que están perdiendo al pueblo", dice Rafael, quien además, tenía problemas personales con 'Guillermo', el nuevo rey del frente.

Después de 17 años en la guerrilla, empezó a rondarle en la cabeza la idea de la deserción. Pero no quería irse con las manos vacías. Tenía una coca en su poder y pensaba que si la vendía, podría salir con un plante de 300 millones de pesos. Pero los hechos se desencadenaron más rápido. Sus extraños movimientos fueron detectados por una guerrillera que manejaba el radio de 'Guillermo'. Pocos días después, fue citado al campamento a una reunión. Pero Rafael supo que lo esperaba un consejo de guerra, del que seguramente saldría fusilado. Entonces, sin decirles nada a sus hombres, una noche a mediados de octubre, los emborrachó. A las 5 de la madrugada cogió su moto, y a su compañera, y dijo que ya volvía, que descansaran para desenguayabar. Para despistar, a lo largo del trayecto se comunicó por radio con 'Guillermo' diciéndole que ya estaba cerca. En realidad, iba camino a un pueblo donde estaba instalado el Ejército.

Le tomó cuatro días tomar la decisión definitiva. Escondido en la casa de un campesino, cavilaba sobre el futuro. Temía terminar en la cárcel, o que lo mataran por la espalda. Pero tras él andaban también los paramilitares de 'Cuchillo', que desde hace años se disputan con las Farc buena parte del Vichada. Al final, se presentó en la base militar, animado porque se dio cuenta de que otro de los hombres más importantes del frente -quizás el más cercano a 'Acacio'- también estaba fuera del juego.

Desde octubre, se han desmovilizado junto a Rafael 71 guerrilleros del frente 16, de los cuales por lo menos 15 llevaban más de una década en las Farc. Otros se han ido al bando paramilitar, y otros tantos simplemente han huido. Hoy se calcula que este frente cuenta con menos de 200 hombres, y aunque el Secretariado dio la orden de buscar las caletas de 'Acacio', se piensa que es difícil encontrarlas. El propio 'Marulanda' había ordenado después del Caguán, que los caleteros siempre tenían que estar al lado de los comandantes. Sin calcular que todos podían morir en un mismo evento.

El vacío de liderazgo que dejó 'Acacio' generó la crisis interna, y la desbandada. En otros frentes guerrilleros -como el 37, que opera en la Costa, y el 47, en el Eje Cafetero- están ocurriendo situaciones similares. Aunque esto no significa que la guerrilla se esté acabando, sí muestra que la deserción se convirtió en uno de sus puntos más débiles. Al fin de cuentas, a las Farc ya les está pasando su ebriedad de poder y dinero. Y ahora que empieza la resaca, los desertores son su peor dolor de cabeza.


www.semana.com

Fuerzas Militares ya saben dónde están secuestrados que liberarán las Farc, dijo Ministro de Defensa

Febrero 21 de 2008

Fuerzas Militares ya saben dónde están secuestrados que liberarán las Farc, dijo Ministro de Defensa

El sitio está ubicado en cercanías de Tomachipán, Guaviare y los políticos son custodiados por 'Asdrúbal', el mismo jefe guerrillero que realizó la entrega anterior.

Polanco y Beltrán fueron los primeros en llegar y hace pocos días se les unió Pérez. Jorge Eduardo Gechem, quien sería el cuarto liberado, está a unos 15 kilómetros del lugar, pero por su grave estado de salud no ha podido recorrer el tramo que falta y unírseles.

Santos aseguró que pese a conocer esta información, el Gobierno respetará el proceso de liberación unilateral que han prometido realizar las Farc.

EL TIEMPO conoció que actualmente se realizan intensos operativos militares en el departamento de Guaviare, en los que han participado incluso sofisticados aviones estadounidenses.

Familiares, sorprendidos con el anuncio


Carolina Pérez, hija de Eladio Pérez, dijo que serìa inaudito que les pasara algo a los secuestrados en este momento y manifestó que en medio de la incertidumbre que plantea el comunicado del Ministerio la deja tranquila saber que la liberación está muy cerca.

Los familiares, ubicados en el mismo piso del hotel, recibieron la noticia como un baldado de agua fría. Estaban en pijama y preparados para ver las noticias de Colombia cuando fueron sorprendidos por el comunicado.

De inmediato, se generó un diálogo entre ellos para tratar de explicarse lo que estaba pasando.

El más serio de todos era Sergio Pérez, el hijo del senador Luis Eladio Pérez. Trató de brindarles calma a Deyanira de Beltrán, a su madre y a su hermana. Entre tanto, Nicolás, el hijo del ex representante a la Cámara, Orlando Beltrán, buscaba desesperado en Internet la información que se habìa publicado al respecto.

La pregunta obligada: ¿qué busca el Gobierno haciendo este tipo de anuncios? La conclusión fue una: "demostrar que los cercos militares en torno a los campamentos de los secuestrados sirven para acelerar su liberación. Pero ¿por qué cercarlos si ya van de regreso a la libertad en cumplimiento de un acto unilateral que ha sido avalado en diferentes ocasiones por el presidente Uribe y el comisionado de Paz, Luis Carlos Restrepo?".

Los teléfonos no paraban de sonar. Claudia Rugeles, esposa del ex gobernador del Meta, Alan Jara, llamó a pedirles explicaciones.

La calma que demostraron estas mujeres para analizar lo que estaba pasando, solo podría explicarse en el hecho de que, después de seis años de espera y de tantas noticias terribles como las que han tenido que soportar, esta traía en el fondo la confirmación de una certeza: sus seres queridos se encontraban más cerca de lo que todo el mundo esperaba.

El Gobierno parecería estar dando, una vez más, un paso adelante en este tema, para no dejarle el protagonismo a las Farc. Así sucedió a mediados de diciembre cuando, dos días antes de que se conociera el anuncio de las Farc de liberar a Consuelo González y a Clara Rojas, el presidente Uribe dijo en un acto público en Medellín que "hay quienes les dicen a las Farc que liberen a un secuestrado, a un gringo, para presionar al Gobierno".

Poco antes, el Ejército había interceptado a unos correos humanos que llevaba pruebas de supervivencia a Caracas para entregárselas al presidente Hugo Chávez.

El 31 de diciembre del año pasado el Gobierno logró quizás el triunfo más contundente, cuando le contó al mundo que las Farc no podían entregar a Emmanuel, el hijo que Clara Rojas había tenido en cautiverio con un guerrillero, debido a que el niño se encontraba en un hogar sustituto del ICBF en Bogotá.

El anuncio parece ir en la misma vìa. El Gobierno, una vez en poder de información clave, procede a dar un paso adelante, para evitar que las Farc sean el centro de atención merced a la entrega de los secuestrados.

Así se desprende del mismo comunicado cuando dice que pese a conocer esta información, el Gobierno respetará el proceso de liberación unilateral que han prometido realizar las Farc.

Los familiares llamaron la atención sobre este punto al afirmar que, si el Gobierno ha ofrecido siempre las garantìas para la liberación, por qué sigue persiguiendo a los guerrilleros que llevan a los secuestrados hacia la libertad, como lo verificaron Clara Rojas y Consuelo González, liberadas el pasado 10 de enero.

"Ellas nos dijeron que los operativos militares se sentían muy cerca", dijeron los familiares.

Por eso esperan que el Gobierno cumpla con lo que ha prometido y permita que la liberación, que ahora se comprueba que es inminente, se lleve a cabo sin traumatismos.

Carlos Castaño ordenó a sus hombres provocar 'mil bajas al enemigo' en 15 días, reveló 'Jorge 40'

Carlos Castaño ordenó a sus hombres provocar 'mil bajas al enemigo' en 15 días, reveló 'Jorge 40'
El ex jefe paramilitar, en su declaración de ayer ante Justicia y Paz, dio detalles de una de las masacres más sangrientas de la Costa: la de Playón de Orozco (Magdalena), donde murieron 30 personas.


La matanza, ocurrida el 9 de enero de 1999, estuvo enmarcada, según dijo, por la directriz de Castaño.

"Ninguno estuvo de acuerdo con esa orden, pero la dio y había que cumplirla. La masacre la ejecutaron hombres bajo mi mando", relató.

La orden, según '40', fue interpretada por otros jefes de las Auc como una retaliación contra las Farc porque el 28 de diciembre de 1998 se tomaron a sangre y fuego el campamento madre de los 'paras' en el Nudo del Paramillo, donde estaba Castaño.

Al admitir su responsabilidad, '40' se volvió a meter, como el martes, con el ex presidente Belisario Betancur. "Acepto estos hechos aplicando la cadena de mando, que ojalá también llegue al presidente Betancur con relación al Palacio de Justicia".

Habló de la creación, en junio de 1999, del movimiento "político-militar Clamor Campesino Caribe (C-3)". Debía eliminar a políticos que según las Auc fueran corruptos. Duró poco, según afirmó '40', porque el llamado 'Grupo de los 6' que asesoraba a Castaño le recomendó desarticularlo.

BARRANQUILLA

www.eltiempo.com
Confirman muerte de presunto financiero de frente de FARC
EFE
El Universal
Bogotá, Colombia
Miércoles 20 de febrero de 2008


La fuerza militar conjunta conformada en Colombia dio muerte a Isidro Cárdenas Moreno durante un combate


La fuerza militar conjunta conformada en Colombia para perseguir al mando central de las FARC dio muerte en combate al presunto financiero del frente 53 de esta guerrilla, Isidro Cárdenas Moreno, informaron hoy fuentes castrenses de Bogotá.

La Armada Nacional precisó que Cárdenas fue abatido en Filo Gallineto, paraje rural de Uribe, localidad en el departamento del Meta, por tropas de la Fuerza de Tarea Conjunta Omega, responsable del llamado Plan Patriota contra la comandancia rebelde.


El presunto financiero era conocido con el alias de "Loco Anderson" y también ejercía como tercer cabecilla del frente 53, agregó la fuente.


La Armada dijo que Cárdenas era el responsable de mantener los suministros de materiales de guerra y médicos para la organización, lo mismo que de la coordinación de las operaciones de extorsión en Villavicencio, la capital del Meta, y otras localidades de este departamento.


La localidad de los combates sirvió de enclave a los siete miembros del mando central de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) hasta diciembre de 1990, cuando una operación aérea de bombardeos los desalojó de allí.

Detenidos 39 guerrilleros, nueve de ellos extraditables, en una redada contra las FARC

Detenidos 39 guerrilleros, nueve de ellos extraditables, en una redada contra las FARC
La detención desmantela una red de tráfico de droga a los Estados Unidos
EFE - Bogotá - 20/02/2008

Las autoridades de Colombia han detenido a 39 presuntos rebeldes o colaboradores de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), nueve de ellos reclamados en extradición por Estados Unidos, en una acción contra la red logística de uno de los frentes de esa guerrilla, informaron este martes los responsables de la redada.

La llamada Operación Alianza quedó completada tras una fase inicial realizada hace una semana y que terminó con ocho arrestos, tres de ellos de extraditables. Los otros seis reclamados por Estados Unidos "por los delitos de apoyo a grupos terroristas y conspiración para toma de rehenes norteamericanos", señaló la Fiscalía General. Es la primera vez que Washington reclama a colombianos bajo el primer cargo, que está relacionado con el segundo, vinculado al secuestro de los tres estadounidenses que las FARC tienen en el grupo de 44 cautivos canjeables por insurgentes presos.

La redada fue realizada de manera conjunta por el Ejército, la fiscalía, la central de inteligencia y la policía de Colombia, y contó con el apoyo de la Oficina Federal de Investigaciones de Estados Unidos (FBI) y la Organización Internacional de Policía Criminal (Interpol).

El fiscal general, Mario Iguarán, destacó en una conferencia de prensa que la red financiaba la compra de suministros a los rebeldes con operaciones de narcotráfico a EE UU. La droga era enviada a ese país por rutas que pasaban por Brasil, Venezuela y Surinam, según la investigación de las autoridades colombianas, que establecieron que, con el dinero obtenido, la red compraba material de intendencia, equipos médicos y de comunicación, armas, ordenadores y medicinas.

La red pertenecía al primer frente de las FARC, según confirmó el comandante del Ejército, general Mario Montoya, quien compareció ante la prensa junto a la directora del Departamento Administrativo de Seguridad (DAS, inteligencia estatal), María del Pilar Hurtado, y el jefe de la Dirección de Investigación Criminal (Dijín), coronel César Augusto Pinzón


www.elpais.com

Pacto con el diablo

Pacto con el diablo

SEMANA revela documentos recién desclasificados en Washington que dejan en evidencia la relación de la CIA con los nacientes grupos paramilitares colombianos.
Diego Fernando Murillo Bejarano, 'Don Berna', es un hombre de pocas palabras y de miles de secretos. Son pocas las cosas que han salido de su boca, a pesar de que él ha sido uno de los protagonistas de la historia de violencia de Colombia en las tres últimas décadas. En efecto, en las audiencias públicas de Justicia y Paz no resuelve los interrogantes; en los frecuentes escándalos de los comandantes presos en la cárcel de Itagüí se refugia en el silencio; como en el pasado lo hizo cuando impuso su ley en Santa Fe Ralito en calidad de inspector general de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), y muchos años atrás, cuando era un fiel, discreto y eficiente sicario de la familia Castaño. En esas tareas fue testigo de la creación de los Pepes, una coalición del mundo del hampa cuyo único fin era cazar vivo o muerto al capo Pablo Emilio Escobar Gaviria.

SEMANA tuvo acceso a una serie de documentos secretos de varias agencias de seguridad y diplomáticos de Estados Unidos en los que queda en evidencia la participación de entidades de ese país en el objetivo de acabar a Escobar . El hecho adquiere hoy una singular importancia porque aquella fuerza a la que se le dio ese impulso tuvo una metamorfosis hasta convertirse en las bandas de paramilitares que el propio Washington califica ahora como "terroristas" y de cuyos jefes reclama "la extradición".

¿Cómo ocurrió todo esto? El cuento es el siguiente: Tras las huellas de Escobar no sólo iban los gatilleros del bajo mundo. Simultáneamente, las autoridades legales también lo buscaban. El presidente de la República, César Gaviria Trujillo, guardaba entre ceja y ceja a Escobar. No sólo tenía un deber constitucional de dar con su paradero, sino que lo motivaba una obligación moral, pues se lo había prometido en la tumba de Luis Carlos Galán Sarmiento, su líder asesinado por la mafia. Gaviria creó para esta misión el Bloque de Búsqueda, un grupo elite de las Fuerzas Armadas. Su iniciativa contó de inmediato con el respaldo del gobierno de Estados Unidos. En ese entonces, el embajador en Bogotá, Morris Busby, prometía en público que el capo, más temprano que tarde caería. Era común ver la llegada a los aeropuertos de Bogotá y Medellín de hombres del Departamento Antidrogas Estadounidense (DEA) y de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) que se sumaban al Bloque de Búsqueda.

Paralelamente, en sus haciendas, los entonces miembros de la familia Castaño buscaban apoyo para enfrentar a su rival. Fidel y Vicente eran los líderes de esa causa a la que sumaron a su hermano menor, Carlos, y al otro poderoso clan de la época, los hermanos Gilberto y Miguel Rodríguez Orejuela, que dirigían el cartel de Cali. Era frecuente que en las noches, cuando se decía que Escobar estaba en determinada finca, llegaran camionetas blindadas, con los vidrios oscuros, en las que era prácticamente imposible determinar la identidad de sus ocupantes: ¿eran del Bloque de Búsqueda legal? o ¿del improvisado combo de los Pepes? ¿trabajaban en conjunto? Las respuestas a estas preguntas hasta ahora han sido un misterio. Durante muchos años se especuló sobre los lazos que en 1993 estableció la CIA con los Pepes para dar de baja a Escobar. Con la misión de saber la verdad, son muchas las organizaciones que han exigido correr todos los velos. El caso ha sido motivo incluso hasta de libros que se han convertido en best seller. El investigador Michel Bowden, en su libro Matando a Pablo, sugirió en varios apartes las conexiones que existieron entre la CIA y la DEA con el grupo criminal que combatió a Escobar.

En este proceso por aclarar aquellos años aciagos, The National Security Archive, una fundación privada sin fines de lucro cuyo objetivo es el de poner a la disposición del público en general documentos recientemente desclasificados por el Gobierno Federal de Estados Unidos, decidió tomar todas las piezas para armar el rompecabezas. Michael Evans le dijo a SEMANA que, valiéndose del Acta de Libertad de Información (Foia), una herramienta jurídica para desclasificar documentos secretos, tiene una rica información que "son la evidencia más definitiva que se ha desclasificado hasta hoy" y que le permite afirmar que "vincula la ayuda norteamericana de seguridad a una organización paramilitar terrorista de Colombia".

Según Evans, contando con estos archivos hasta ahora bajo llave en Estados Unidos, queda claro que el Bloque de Búsqueda fue apoyado por ese país "para localizar el narcotraficante fugitivo Pablo Escobar, compartía la inteligencia con Fidel Castaño".

Por si esto fuera poco, esta afirmación está sustentada en otro hecho también muy grave. En el resultado de un trabajo de espionaje de Estados Unidos al gobierno de Colombia. "La nueva evidencia también ilumina el papel en las operaciones y los reportes que producían sobre el mismo gobierno colombiano. Estados Unidos monitoreaba con mucho esmero las reuniones entre el Presidente de Colombia y sus altos funcionarios de la seguridad". Es decir, que al tiempo que le ayudaba al presidente Gaviria, se le espiaba en todos sus movimientos. Entre los documentos desclasificados existe uno procedente de la embajada a través de "un cable diplomático" de fecha agosto de 1993: 'Desenredando la trama de intrigas de los Pepes'. Este revela que agentes de Estados Unidos "vigilaban el círculo íntimo del Presidente colombiano".

La información más importante en el cable se atribuye a 'Palo', una fuente al parecer de la CIA. Según éste, el fiscal Gustavo de Greiff había dicho a la embajada que tenía "una nueva, muy buena (información que) mostraba los vínculos entre importantes miembros de la Policía encargados de la captura de Pablo Escobar Gaviria (el 'Bloque de Búsqueda') con varias actividades criminales y violaciones de los derechos humanos cometidas por los Pepes".

El cable describe, además, una serie de reuniones entre altos funcionarios colombianos sobre el tema de los Pepes en febrero de 1993. "En una reunión, según la información envíada por 'Palo', el director de la Policía Nacional de Colombia, general Miguel Antonio Gómez Padilla, dijo 'que había ordenado a un alto oficial de inteligencia de la PNC mantener contacto con Fidel Castaño, líder paramilitar de Los Pepes, para recopilar información de inteligencia'".

Unos días después, la fuente 'Palo' reportó que el presidente colombiano, César Gaviria, ordenó cesar la cooperación de inteligencia con los Pepes, y mandó al comandante de inteligencia de la PNC, Luis Enrique Montenegro Rico, "a 'pasar la voz' que los Pepes se deben disolver inmediatamente". Montenegro, según la fuente, "no era un miembro de los Pepes, pero como comandante de la inteligencia policíaca conocía algunos de los miembros, y estaba consciente de sus actividades".

El hecho de que Gaviria decidió entregar su mensaje a los Pepes a través de uno de sus altos comandantes policíacos también fue "significativo", según la embajada de Estados Unidos en Bogotá, como un claro indicio de que "el Presidente creía que las Policías estaban en contacto con los Pepes".

The National Security Archive -que publicará esta semana en su página web toda esta información- dice que entre los documentos se encuentra un informe de la embajada, un mes después de la muerte de Escobar, que alerta sobre el hecho de que "cualquier evidencia de la complicidad entre (el cartel de) Cali y la Policía en las actividades de los Pepes habría sido seriamente dañina a la credibilidad del Bloque en sus esfuerzos en contra de Escobar". Así que la Embajada reportó en el cable 'Trama de intrigas' que el Presidente Gaviria "tiene que manejar el asunto de una manera que saque a los otros perseguidores, pero, al mismo tiempo, sin ir a desacreditar los esfuerzos policíacos contra Escobar".

Tras la muerte de Escobar, los hombres del bajo mundo que se le habían enfrentando se reorganizaron y revitalizaron su músculo militar. Así, por ejemplo, los hermanos Castaño. En mayo de 1994, sólo cinco meses antes de la disolución del Bloque, la rama de inteligencia del Departamento de Estado de Estados Unidos llamaba a Fidel Castaño un 'super drug-thug' (gran capo de la droga) y "uno de los criminales más despiadados de todo Colombia" que "podría hacerse un nuevo Escobar". Según el informe, Castaño "es más feroz que Escobar, tiene mayor capacidad militar y puede contar con sus hermanos antiguerrilleros en el Ejército colombiano y en la Policía Nacional". Los mismos que le ayudaron a matar a Escobar.

Poco a poco todos los protagonistas de esta historia fueron desapareciendo en un relato de violencia sin fin. Fidel fue asesinado, Carlos fue muerto por orden de su propio hermano Vicente, de quien no existe rastro. Uno de los pocos sobrevivientes es 'Don Berna', el silencioso jefe paramilitar que empezó como fiel gatillero de esa familia. Él sí sabe hasta qué punto Estados Unidos les dio el impulso a estos hombres para que formaran la máquina más poderosa de matar de la historia reciente: el paramilitarismo. Puede que 'Don Berna' guarde silencio o se lleve toda la información que le sirva para negociar en Estados Unidos, a donde está a punto de ser extraditado.


www.semana.com

Los Baby sicarios

Los Baby sicarios
En Pereira y Dosquebradas se gesta una aterradora mafia integrada por niños, muy similar al fenómeno de Los Maras en Salvador.
El pasado 31 de diciembre, Juan, más conocido como La Chinga, no recibió el acostumbrado abrazo de feliz año; a cambió, sintió el hormigueo de tres balazos, dos en la espalda y uno en la cintura. Media hora antes de ese atentado, en el populoso barrio San Judas de Dosquebradas, La Chinga dejó mudo a un hombre al que llaman El Diablo. De una puñalada le atravesó el cuello y destrozó sus cuerdas vocales.

Pero El Diablo y sus amigos no son el único problema de Juan. Su vida es una amenaza desde hace cuatro años cuando empezó a fumar marihuana, aspirar perico y hasta heroína, atormentado por el asesinato de su hermano. Con su pandilla, Los Melenos, la misma que nutre de droga al sector, conoció el mundo del hampa, el poder de las armas y la mirada de la muerte. El retrato de la ´Parca´ lo persigue desde el 2004, cuando por primera vez y junto a su combo, atracaron a un hombre y no contentos con robarlo, lo degollaron. La escena se repitió cuatro veces esa misma semana; el botín para Juan después de la repartición: $20.000, "Duele cargarse con tres muñecos (muertos), por esa marañita; pero es que esos manes se aletiaban (rehusaban)", confesó con ironía delante de su abuela, una mujer obesa y sonrisa desdentada. La ternura de la anciana se desvaneció con la escalofriante confesión de su nieto de 17 años de edad. Ella solo atinó a tapar el rostro con sus manos.

La vida de este menor es un libreto. Su mamá lo abandonó hace varios años y de su padre no tiene rastro alguno. Su hogar lo sostienen rebanadas de mango que diariamente vende su abuelo al frente de uno de los colegios oficiales de Pereira. El rancho en el que viven es un completo milagro de la ingeniería; son 30 metros cuadrados para distribuir una sala, cocina y habitaciones donde duermen ocho personas, entre tías y primos. Como si fuera poco, en el mismo sector donde habita, ya se rumora que él será el próximo muerto, "Hoy está tranquilo porque el barrio está lleno de ley (policías), pero ellos algún día se irán y a la Chinga le van a caer porque las culebras (problemas) se arreglan en el hueco (La tumba)", confesó otro pandillero del San Judas y quien pidió omitir su nombre.

Un kilómetro más hacia el norte de ese sector, están los barrios El Martillo y San Diego; allí vive Andrés, más conocido como el Chinga 2; otro menor de escasos 13 años de edad que también fue criado por su abuela; su juguete consentido es "Ruñiño¨, un revólver calibre 38 cuyo cañón es más largo que sus piernas. Con él, se entretiene, se defiende y trabaja. Dice quererlo más que a su novia de 15 años. Aunque advierte que es un novato en el negocio del ´martilleo´ ( sicariato), las víctimas de su trabajo no se pueden sumar con los dedos de la mano. Por cada crimen recibe $500.000. Chinga 2 es respaldado por las bandas El Caleño y Coreano. A su habilidad sicarial se suma otra inhata: su belleza; ojos claros, cejas delineadas y piel tierna son su herramienta de trabajo para otro ´negocio´ que niega por pudor. Muchas veces se convierte en el objeto sexual de hombres mayores que pagan por sus servicios.

Guerra de niños

Juan y Andrés comparten los mismos sueños, ninguno; en cambio, sí muchas desgracias. No se conocen pero se odian. Ambos son menores sicarios, viven en la misma ciudad de paredes de barro, techos de zinc y calles empolvadas. Se pelean a muerte el dominio territorial de sus barrios para mantener intacto el negocio de la droga. Los dos iniciaron como campaneros al servicio de las 52 bandas dedicadas al narcotráfico que existen en Dosquebradas y trece en Pereira y hoy están inmersos en una guerra que además acorraló a miles de civiles inocentes. Esa pelea sin cuartel sólo en enero de este año cobró la vida de 50 personas entre pandilleros e inocentes. Dicha cifra, en concepto de las autoridades policiales es tolerable, por cuanto en el mismo periodo de 2007 el número de crímenes fue de 51 casos. "Cualquier tienda o billar donde se encuentren grupos de jóvenes, es un hervidero; a comienzos de año lanzaron una granada en uno de esos establecimientos, hubo cuatro muertos y cinco heridos, entre ellos inocentes", explicó un tendero del barrio San Diego de Dosquebradas.

Sorprende que tras esos delitos se encuentran menores de hasta 9 años de edad. Al comienzo son campaneros, distribuidores de droga o abastecedores de armas y munición. Cuando cumplen 13 años, su función se eleva a la de sicarios que son ´exportados´ hacia ciudades vecinas como Cartago, en el Valle, Manizales y Chinchiná en Caldas y los municipios de La Virginia y Santa Rosa en Risaralda; las ganancias son irrisorias pero el prestigio dentro del grupo e incalculable.

Luis Carlos Leal, Defensor del Pueblo de Risaralda, aseguró a SEMANA que "Hay aproximadamente 200 menores de edad que hacen parte de esas bandas y con distintas funciones". Advierte, que la situación es insostenible y como tal requiere acciones inmediatas de fondo, que van desde programas de reconstrucción del tejido social hasta grandes inversiones en materia de infraestructura.

Sin duda el mayor referente sobre la participación de niños en actos delictivos, se encuentra en El Marceliano, el centro de rehabilitación de Pereira. "Tenemos capacidad para atender a 200 niños y siempre estamos copados; en su gran mayoría son adolescentes provenientes de zonas deprimidas de Pereira y Dosquebradas y muchos de ellos reincidentes", explicó un ex funcionario del instituto. A esa cifra se suman las que manejan las autoridades en todo el Departamento. De acuerdo con estadísticas suministradas por la Policía de Risaralda, el año anterior fueron capturados 943 menores involucrados en toda clase de delitos, incluidos homicidios; es decir, 46 casos más que los registrados en 2006. A enero de este año la cifra de menores capturados es de 67 casos, trece menos que en 2007.

Poderes oscuros

La atomización de bandas criminales en esas dos ciudades de Risaralda y la participación de menores en el esquema delictivo, tiene con los pelos de punta a las propias autoridades e investigadores sociales de la región. Incluso, algunos ya se atreven a comparar el problema con el vivido en la comuna Trece de Medellín y otros encuentran alguna similitud con el fenómeno de Los Maras, que afectó a Centro América, especialmente países como El Salvador.

Para Eisenhower D´janón, presidente del colegio de Jueces de Paz de Dosquebradas, la situación, que se extiende a Pereira, tiene perturbadores similares a los detectados en la capital antioqueña. "Es indudable admitir la presencia de fuerzas oscuras que alimentan la actitud delincuencial de los jóvenes, en otras palabras, estamos reconociendo que es el narcotráfico a través de organizaciones mafiosas, el motor de este fenómeno", dijo a SEMANA.

Sus palabras tienen eco si analizamos la denuncia que hace un par de semanas hizo el diputado conservador Julio César Londoño, al advertir públicamente la presencia de hombres de civil, armados con fusiles, custodiando las zonas deprimidas de Dosquebradas, "No tengo más detalles del hecho, pero mis fuentes que no son oficiales, me merecen la mayor credibilidad", dijo a SEMANA el asambleísta.

Sumado a ello, el mapa delictivo de Pereira y Dosquebradas registra varios sectores con problemas de orden público, influenciados por grupos paramilitares emergentes del bloque Héroes del Sur, desmovilizado en Guática Risaralda y milicias urbanas de la guerrilla de las Farc y el ELN, tal como consta en un documento de inteligencia . Sin embargo, lo más significativo de ese mapa delincuencial radica en que todo ese esquema delictivo desemboca en una sola organización criminal conocida como La Cordillera y que hace parte de la estructura mafiosa del narco Carlos Mario Jiménez Naranjo, alias ´Macaco´, hoy preso en Cómbita. Cabe recordar que Macaco es oriundo de Dosquebradas e incluso su hermano Roberto, fue concejal hasta hace un par de años y su nombre sonó como aspirante a la alcaldía de esa localidad.

A través de La Cordillera no sólo se maneja la comercialización de coca y el expendio de basuco en las denominadas ollas, sino que además se coordina el negocio de las oficinas de cobro, jóvenes prepagos y el boleteo de comerciantes. "Muchos transportadores reconocen que deben pagar vacunas para acceder a zonas como Villa Santana, La Estación y Cuba en Pereira, o los barrios Camilo Torres, San Diego, El Martillo, entre otros, en Dosquebradas", dijo un comerciante de Pereira a quien recientemente le secuestraron la moto y debió pagar un millón de pesos por su rescate. De acuerdo con informes de entidades cívicas que estudian el tema, esa amalgama de negocios ilícitos mueven cerca de $300 millones mensuales.

Varios pandilleros aseguraron a SEMANA que la guerra se agudizó porque recientemente hubo un amotinamiento en varias zonas, patrocinado por líderes que decían desconocer el mando de La Cordillera y advertían seguir la línea de los denominados Rastrojos, organización criminal al servicio del recién asesinado capo Wílber Varela, alias ´Jabón´. Consultado sobre el tema el coronel Fernando Chinchilla, comandante encargado de la policía en Risaralda, reconoció la existencia del problema en torno a pandillas que se pelean el dominio de las ollas, pero descartó que tras ese fenómeno se encuentren organizaciones criminales de talla mayor, "Creemos que se trata de una pelea local entre pequeños jefes de bandas, a raíz de las capturas recientes de cabecillas de La Cordillera, tales como alias Lucas y Perra Flaca", dijo el oficial, tras precisar que en los últimos tres años han sido aprehendidos 183 integrantes de esa organización e incautados más de cien kilos de coca y una tonelada de marihuana.

Hijos del abandono

Sin duda el referente más reciente sobre la magnitud del fenómeno de las pandillas en Dosquebradas y Pereira, corrió por cuenta del corto metraje `La Gorra` y que fue producido por los propios habitantes de ambas ciudades. El video de 50 minutos y con una inversión de $30 millones, será vendido en formato DVD y relata con actores naturales, la crudeza y naturaleza de un conflicto en el que los niños son los protagonistas y víctimas.

Sin embargo, más allá de conocer los hilos criminales que se esconden tras el fenómeno pandillero, la descomposición familiar es quizás una de las más crudas conclusiones a la que llegan expertos en el tema. Guillermo Garner, investigador del Observatorio de la Convivencia de la Universidad Tecnológica de Pereira, UTP, aseguró que la mayoría de esos adolescentes involucrados en pandillas, provienen de hogares donde la crianza se le encomendó en el mejor de los casos, a los abuelos, "A ello súmele que el entorno social en el que se encuentran esas criaturas, está influenciado por grupos ilegales", explicó a SEMANA el catedrático.

Esa tesis la refuerza Macdonald Muñoz, investigador social que trabaja con fundaciones de la región, al comparar el problema con el de Los Maras, ocurrido en el Salvador, tras la llegada de jóvenes hijos de mujeres que habían emigrado hacia los Estados Unidos, en busca de nuevas oportunidades, "Si bien no podemos decir que nuestros pandilleros en su mayoría son hijos de madres que viajaron al exterior, sí es fácil encontrar en ellos motivaciones similares como la necesidad de empleo, problemas culturales de fondo y la mala utilización del tiempo libre", explicó a SEMANA. No obstante, cifras que maneja la Asociación América - España, Solidaridad y Cooperación, entidad enfocada a facilitar la integración social, cultural y laboral de latinoamericanos en Europa, permiten deducir que igualmente esas dos ciudades del Eje Cafetero, concentran el mayor porcentaje de emigrantes dentro de una encuesta que realizaron en 2007, con 5.981 personas, de las cuales 3.880 correspondieron a la región. Concluye el estudio que el 60% de los viajeros son mujeres y el 23% de ese universo, dejará a sus hijos a cargo de los abuelos.

Sin importar la causa del fenómeno pandillero, que sin duda será tema de agenda paras las autoridades locales y nacionales, lo único cierto por ahora es que en Pereira y Dosquebradas se gesta una de las escuelas de sicarios más sorprendentes del país, donde sus alumnos no saben leer y escribir pero no fallan a la hora de disparar, como le ocurre a Juan y Andrés


www.semana.com

Las FARC rechazan la mediación de España y la Iglesia

Las FARC rechazan la mediación de España y la Iglesia
El 'castigo' a Madrid puede ser una concesión al venezolano Hugo Chávez
PILAR LOZANO - Bogotá - 15/02/2008

Ni España, ni la Iglesia. La guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) rechaza a ambos como mediadores para logar un acuerdo humanitario que ponga fin a la pesadilla que viven 44 secuestrados canjeables por guerrilleros presos.

La Iglesia católica y España eran, junto a Francia y Suiza, los únicos que contaban con el aval del presidente colombiano, Álvaro Uribe, para establecer contacto con las FARC, después de que el mandatario desautorizara a su homólogo venezolano, Hugo Chávez, en esta labor.

La descalificación la anunció el portavoz de los insurgentes, Rául Reyes, en declaraciones a través de Internet a la agencia de noticias cubana Prensa Latina. Según el comandante insurgente, España y la Iglesia se "autoexcluyeron" al tomar partido a favor del Gobierno de Uribe.

En diciembre pasado, pocos días después de hacerse públicas las pruebas de supervivencia de varios canjeables ?en una de ellas aparecía, demacrada y triste, la ex candidata presidencial colombo-francesa Ingrid Betancourt?, Uribe aceptó la propuesta de la Iglesia de una zona de encuentro para negociar el canje.

Las condiciones las puso él: cualquier zona del país, 150 kilómetros cuadrados, en zona despoblada y sin fuerza pública. Poco después, aceptó también la participación de los tres países amigos, que en 2005 habían propuesto una zona similar de 180 kilómetros en los municipios que la guerrilla exige desmilitarizar: Pradera y Florida.

El no a la Iglesia ha sido calificado de "previsible" por varios analistas: "La Iglesia se inhabilitó al hacerse portavoz de una propuesta oficial", asegura el politólogo León Valencia. "Era previsible; llevaban tiempo evadiendo el contacto con las FARC", opina el experto en seguridad Alfredo Rangel.

Pero lo que muchos califican de inaceptable es el rechazo a España. Rangel recuerda que este país dio un espaldarazo significativo a Uribe en su reciente viaje a Europa, pero también lo hizo Francia. Por eso ve detrás de este rechazo la sombra de Chávez y las tensiones que ha tenido recientemente con el Gobierno de Madrid.

Valencia coincide y asegura que "todo pasa por Caracas". Por eso, muchos consideran a Hugo Chávez el único que tiene las llaves para liberar a los secuestrados en manos de las FARC.

Interlocución política

Algunos analistas manejan más hipótesis: las FARC seguirán entregando con cuentagotas a sus secuestrados civiles a la comunidad internacional. Unos, serán enviados a Chávez ?ya entregaron dos el pasado 10 de enero y se espera la liberación de otros tres ex congresistas en los próximos días?; Ingrid Betancourt, al presidente francés, Nicolas Sarkozy, y los contratistas estadounidenses, a representantes de Washington. ¿A cambio de qué? Valencia responde: "De interlocución política".

En su entrevista con Prensa Latina, el guerrillero Reyes aseguró que la propuesta de Chávez para que se reconozca el estatus de beligerancia a las FARC "es el mejor aporte político conocido hasta hoy para beneficio del acuerdo humanitario y de la búsqueda de la paz".

www.elpais.com