Y ahora, Antioquia...
Con la captura del senador Rubén Darío Quintero se abre el capítulo de los para-políticos antioqueños. La próxima semana será de zozobra para muchos congresistas
Fecha: 03/29/2008 -1352
Varios de los congresistas detenidos por el escándalo de la para-política se habían quejado de que en la cárcel no les estuviera haciendo compañía ningún senador o representante antioqueño, ya que el paramilitarismo tuvo una gran influencia en ese departamento. Pero con lo que no contaban era con que su nuevo compañero de celda iba a ser un peso tan pesado de la política paisa: el senador Rubén Darío Quintero, un influyente político antioqueño del partido Cambio Radical que fue secretario privado de Álvaro Uribe cuando fue gobernador de Antioquia (1995-1997).
Quintero Villada llevaba un año bajo la lupa de la sala penal de la Corte Suprema de Justicia. A finales de marzo del año pasado, un ex empleado de la alcaldía de Arboletes (Antioquia), llamado Dagoberto Tordecilla, le dijo a la Corte que en las elecciones de marzo de 2002 hubo un pacto proselitista ilegal entre los paramilitares del Urabá y varios políticos de esa región.
Según Tordecilla, en los meses previos a aquellos comicios a Congreso, el jefe paramilitar Freddy Rendón Herrera (alias el 'Alemán') reunió muchos líderes políticos de los 11 municipios del Urabá antioqueño y los instó para que de allí saliera una lista única por su región a la Cámara. En aquel encuentro, en Necoclí, se escogieron los nombres de Manuel Darío Ávila, Jesús Doval, Estanislao Ortiz y César Augusto Andrade para que se rotaran un puesto en la Cámara en el evento de que resultara ganadora su fórmula.
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En la Corte, Tordecilla agregó que esta cuarteta, previo acuerdo con el 'Alemán', hizo llave con Rubén Darío Quintero, quien en 2002 aspiraba al Senado. Realizadas las elecciones, Quintero consiguió 72.571 votos en todo el país. De ellos, 11.965 en el Urabá. El testigo aseveró que, a cambio de esos sufragios, Quintero les dio puestos a varias personas recomendadas por el 'Alemán'. Ese es, en síntesis, el lío jurídico de este político nacido en Rionegro.
Pánico general
No hay duda de que la detención de Quintero tuvo mucho impacto. Sus abogados pidieron el archivo de la investigación cuando el 'Alemán' negó todo lo afirmado por Tordecilla. Por eso, en los mentideros políticos y periodísticos nunca se habló de un eventual carcelazo del senador antioqueño. Se mencionaban, en cambio, los nombres de los otros políticos paisas a quienes la Corte también está investigando por la para-política (Óscar Suárez Mira, Mauricio Parody y Guillermo Gaviria Zapata).
Es más, el jueves y el viernes pasados, algunos congresistas llamaron al CTI de la Fiscalía y preguntaron si contra ellos existía algún requerimiento de la Corte para presentarse voluntariamente y así evitar el penoso trance de la captura.
Y si por la Corte llueve, por la Fiscalía no escampa. Todo el mundo está a la espera de que fiscales delegados ante la Corte resuelvan la situación jurídica de los ex senadores Mario Uribe y Vicente Blel.
Es decir, la próxima semana nuevamente será de infierno para muchos senadores y representantes. El problema es que el pabellón de los para-políticos en la cárcel La Picota de Bogotá está con el cupo completo. De ahí que el Inpec esté pensando en trasladar a sus ciudades de origen a los para-políticos condenados. Una medida más que entendible si se tiene en cuenta que la Corte no le está dando tregua a nadie en el tema de la para-política. De hecho, en el oficio en el que se pidió al CTI que hiciera efectiva la captura de Rubén Darío Quintero, se anotó también que iniciara el trámite para su reclusión en La Picota.
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sábado, 5 de abril de 2008
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