Agosto 19 de 2009
En charla con EL TIEMPO, el embajador de Estados Unidos en Colombia revela, además, que las fuerzas que estarán en el país en virtud del nuevo tratado no se acercarán a las fronteras con los vecinos.
Hay nerviosismo en la región por el tratado entre E.U. y Colombia. ¿E.U. tiene algo en su agenda para distensionar esta situación?
Vamos a ver cómo se desarrollan los días y las semanas que vienen. Pero no tuvimos la menor intención de provocar cualquier cuestión de nervios o preocupaciones en la región. Lo que hemos hecho, como dijo claramente el presidente Barack Obama a los medios de comunicación hace semana y media, es actualizar unos acuerdos que hemos tenido con Colombia desde 1952.
Segundo: esta cuestión es absolutamente bilateral.
Tres: aunque sea bilateral no tenemos nada para esconder. Estamos dispuestos a explicar el acuerdo en el momento correcto. Quiero decir que podremos compartir el texto con cualquier gobierno en el mundo que tenga interés y que quiera verlo.
Estamos tratando de eliminar cualquier preocupación, cualquier nerviosismo que podría existir en este momento.
Líderes del continente no creen que este tratado sea solo para perseguir al narcotráfico y el terrorismo. ¿Podría haber otros intereses.
La mejor manera de explicarlo es citando lo que dijo el presidente Barack Obama hace semana y media, cuando dijo que que este es un acuerdo para asegurar la mejor colaboración posible entre Colombia y E.U. en las cuestiones de la droga ilícita y el terrorismo. Él lo dijo, su vocero lo dijo, el vocero del Departamento de Estado lo dijo, yo lo he dicho muchas veces en público acá. Acepto que cualquier persona, cualquier institución, cualquier gobierno tiene derecho de opinión, pero no puede cambiar el hecho de que el gobierno de los E.U. y el gobierno de la República de Colombia, han sido muy claros, muy específicos, muy públicos y muy transparentes en decir que este acuerdo trata soo de colaboración bilateral entre los dos gobiernos y los dos países en contra de lo droga ilícita y el terrorismo.
¿Cómo garantizarles a los vecinos que esta nueva posición estratégica que va a tener E.U. no será usada para espiar, para afectar sus intereses?
Supongo que lo que podemos hacer para asegurarles eso es citarles lo que le dijo el presidente de E.U. hace semana y media.
Ahora bien, en mi opinión, cuando habla Barack Obama, él dice cosas muy puntuales. Si alguien quiere decir que no cree en el presidente de E.U. tiene ese derecho, pero yo creo que es un hombre bien responsable, bien honesto, bien transparente y ha sido muy claro y muy específico en esa área.
Además, la verdad, esto no es nuevo. Estamos y hemos estado colaborando con el gobierno colombiano en estas cuestiones desde hace por lo menos 10 años (desde el Plan Colombia), y de hecho por décadas antes de eso, y nunca hemos usado esa colaboración para misiones fuera de Colombia.
¿Si en esa lucha contra los agentes del narcotráfico está la guerrilla, la perseguirán?
Aceptamos la realidad histórica. El hecho establecido durante los últimos 10 a 20 años es que una de las organizaciones (sino la organización) más importantes en el tráfico de droga ilícita en este momento se llama las Farc. No se puede hablar de esfuerzos contra la droga ilícita sin hablar de las Farc también.
Si me preguntas si las misiones que van a aprovecharse de este acuerdo en el futuro van a incorporar a las Farc en su zonas de blanco, la respuesta es sí, sin duda alguna.
¿Cómo delimitar un área puntual en la frontera para saber hasta dónde llegarán las fuerzas estadounidenses en la persecución de los narcotraficantes?
Cualquier tema relacionado con las fronteras entre Colombia y Venezuela, y Colombia y Ecuador, o cualquiera de sus otros vecinos, son cuestiones soberanas para esos países y sus gobiernos. Le puedo garantizar que cualquier actividad nuestra, bajo este acuerdo bilateral, no va a acercarse a las fronteras sin la autorización específica de todos los gobiernos involucrados.
Si me preguntara que hipotéticamente ambos gobiernos pidieran una misión de E.U., la consideraríamos con esa circunstancia, pero sin el pedido explícito y probablemente escrito de esos gobiernos, no lo haríamos. Ni siquiera estaríamos cerca de las fronteras.
¿Dijo usted que las operaciones militares serían una responsabilidad muy puntual de las Fuerzas Armadas colombianas, y que el gobierno de E.U. apoyaría la inteligencia cuando eso tenga que aproximarse a las fronteras? ¿Lo interpreto bien?
Lo que trataba de decir son dos temas: uno, el tipo de misión que haríamos en las bases, y hablo específicamente de una base que es 98% del interés nuestro que es la de Palanquero; y si se trata de monitoreo, de movimiento de drogas ilícitas, de sus laboratorios, del cultivo de la droga ilícita, si eso es cuestión de monitoreo y de inteligencia, colaboramos con las Fuerzas Armadas, pero las operaciones militares son territorio exclusivo de las Fuerzas Armadas de Colombia.
Si se trata de monitorear o recolección de inteligencia cerca de la frontera, ahí no vamos, esa es una cuestión exclusiva y soberana de los dos gobiernos: el Gobierno Nacional de Colombia y cualquier otro gobierno de los vecinos. No es apropiado para nosotros hacer misiones, hacer comentarios, participar en esfuerzos cerca de la frontera porque esos son temas exclusivamente bilaterales entre Colombia y su vecino.
¿Cómo atacar los cultivos y el tráfico de drogas cuando sus responsables se resguardan más allá de las fronteras?
Pregunta excelente, pero creo que las respuesta debe venir de todos los países involucrados. En otras palabras, es imposible hablar o responder esa pregunta, de cómo hacerlo, sin tener la participación de ambos países de la frontera. Nosotros unilateralmente, o bilateralmente, no podemos operar cerca de la frontera por razones bastante evidentes. Es que no somos uno de los dos países de la frontera, somos un tercer país.
No nos corresponde a nosotros emitir opinión o hacer misión u operación cerca de cualquier frontera de Colombia.
Usted dice que no van a hacer operaciones cerca de la frontera, pero ¿dónde está la raya, quién va a trazar la raya, cuál es el límite para saber si es cerca o no es cerca de la frontera?
Buena pregunta. Sabes que un famoso magistrado de la Corte Suprema de E.U. en 1960 cuando tenía que responder a un caso sobre pornografía en E.U. respondió en una manera famosa: "No puedo definirla, pero la conozco cuando la veo", y hasta cierto punto esta es mi respuesta a su pregunta. No puedo decirle que estamos exactamente en una zona de X kilómetros, en algunos casos puede que estemos más cerca que en otros, depende de las relaciones entre los dos países, depende de la naturaleza de la operación, depende si se trata de inteligencia o de monitoreo, o si se trata de algo como cultivo o algo más operacional. En otras palabras, tenemos que tomar decisiones basadas en las circunstancias en cada caso.
No tenemos el menor deseo de hacer cualquier operación cerca de la frontera de Colombia con cualquier otra región.
¿Entonces tenemos que esperar a la realidad para saber puntualmente hasta donde van a llegar...?
Sí. Y hay fronteras distintas como usted bien sabe, con algunos países la relación de las fronteras es más fluida quizás que con otros países, y eso afecta eventualmente cómo es que vamos a responder caso por caso a esa pregunta.
Usted sabe que por culpa de este tratado ha habido nerviosismo estos días en Colombia. El Presidente de Venezuela ha dicho cosas como "hay vientos de guerra", "estamos listos para la guerra", recientemente le escuché decir que le podría enviar un avión sukhoi al presidente Uribe. Por cuenta de estas cosas la situación se ha puesto más sensible. ¿Si hubiera un ataque de un vecino a Colombia en estas circunstancias, E.U. acudiría en su ayuda?
Primero, me gustaría no entrar comentarios sobre situaciones hipotéticas, y esta sí definitivamente es una situación hipotética; segundo, como ha dicho mi Gobierno varias veces en los últimos años, creemos que es mejor no hablar de guerra, es mejor hablar de una visión más positiva, de una visión de comercio, de una visión de colaboración contra la droga ilícita o contra el terrorismo, una visión de desarrollo económico, una visión de colaboración en cuestiones de seguridad en vez de hablar de una visión negativa.
Por supuesto, es nuestro deseo que las condiciones que provoquen ese tipo de retóricas se reduzcan, no solo en controlar, sino reduciendo la venta de armas a los países de la región, porque ningún país vive en un vacío ni en la selva.
Vacío quiere decir que si un país compra muchas armas tendrá un efecto, un impacto en los otros países vecinos, y no vive en una selva en el sentido de que hay reglas, hay normas, hay convenios internacionales que gobiernan a los países del hemisferio.
Ese convenio se llama el tratado de Ginebra, los convenios internacionales de Derechos Humanos o derechos políticos y civiles, la carta democrática de la OEA, y al final es mucho mejor hablar de esos instrumentos que hablar de los vientos de guerra que están soplando. Eso es lo que mi Gobierno ha dicho con cierta frecuencia en los últimos años.
¿Usted no cree que esos vientos de guerra se materialicen? ¿Cree que estamos lejos de eso o simplemente el gobierno de E.U. no quiere hablar del tema?
Ojalá que no sea necesario hablar del tema. Creo que la guerra no representa el interés de ningún país ni de ningún pueblo. Creo que esa es una de las lecciones de los últimos 45 años, de las actividades de las Farc acá en Colombia. Las Farc ahora reciben el rechazo de algo así como el 99 por ciento de la población de Colombia y por qué eso, porque el pueblo colombiano rechaza este concepto de guerra como el mecanismo para responder resolver las situaciones económicas y sociales. Yo creo que se puede aplicar esa misma lección en el diálogo entre gobierno y países del hemisferio.
Usted acaba de decir que se debe trabajar para reducir la venta de armas. Nuestros Vecinos: Ecuador y Venezuela tienen negocios para comprar armas con Rusia, China e Irak. ¿Es de la naturaleza de E.U. o del ámbito de E.U. tratar de hablar con esas potencias para reducir la venta de armas a la región?
Sabe usted que todos los países que son productores de armas tenemos unos sistemas para consultas bilaterales y globales. Uno se llama por ejemplo el proceso Vasenar, en que los países que venden armas y acepto que E.U es uno de ellos, dialogan con los otros exportadores de armas.
Lo que tratamos de hacer es tener sistemas que son muy claros para asegurar y monitorerar el uso de las armas; tener sistemas transparentes que eliminan la posibilidad de compra y ventas clandestinas y eliminar, o mejor reducir, la posibilidad de que armas vendidas lleguen eventualmente a las manos de organizaciones que la comunidad internacional ha proscrito, como por ejemplo, las Farc; proscritas por E.U., la UE y muchos otros países en el mundo. Mantenemos ese diálogo, es un diálogo importante, no digo que siempre estamos de acuerdo, pero sí digo que no queremos contribuir a una carrera armamentista ni global ni hemisférica ni regional.
Hay documentos que certifican que actores del narcotráfico se refugian en países vecinos. ¿Habría necesidad de que su gobierno se aproximara a la frontera, trabajar más la diplomacia para tener mucha más responsabilidad en la lucha contra el narcotráfico, porque de lo contrario, estaría el trabajo sin terminar?
Sin duda alguna, esa es parte de nuestra responsabilidad diplomática. También hay que aceptar el principio de que la soberanía de un país independiente, en otras palabras otro país, puede solo obrar dentro de otro país, solo con invitación. En otras palabras, hay que tener un principio internacional de igual importancia y soberanía para permitir una operación como por ejemplo el derecho de autodefensa, pero lo que tenemos que hacer en estas cuestiones de la droga ilícita es tratar de colaborar de alguna manera con los países, porque lo que sabemos es que cuando no colaboramos somos todos víctimas, con la excepción de un grupo y solamente un grupo. Y ese grupo son los narcotraficantes en sí. Ellos son los únicos ganadores cuando los gobiernos no colaboran para resistir, reducir y eventualmente eliminar el tráfico de droga ilícita.
Brasil ha dicho que no solo Colombia sino EU debe dar explicaciones sobre este convenio. ¿Su Gobierno le entregará a Brasil esa explicación?
Estamos en diálogo permanente con Brasil, la verdad es que tenemos una relación muy positiva con ese gobierno y le puedo asegurar que este tema es uno de muchos temas que conversamos con el gobierno brasileño. Le recuerdo que hace poco más de una semana el asesor nacional de seguridad de EU, general James Jones estuvo en Brasilia y tuvo la oportunidad, incluso, de hablar de esto con los medios brasileños.
Estamos en diálogo entre los dos gobiernos en Washington y también en Brasilia y no veo ninguna razón para no seguir con ese diálogo, aunque el acuerdo bilateral sea únicamente entre Colombia EU. No tenemos nada para esconder, la verdad es que es un acuerdo bastante básico y hasta cierto punto moderniza los acuerdos existentes desde hace 57 años. Estamos dispuestos a compartir el texto y la sustancia del acuerdo en ese sentido, pero no vamos a hacer esto hasta que los gobiernos hayan acordado el convenio en sí.
Concluimos las negociaciones el viernes pasado, ya tenemos acuerdo en principio sobre el texto, pero aún tenemos que verificar: primero, que el texto en inglés y en español sean iguales; segundo, que los dos gobiernos coinciden con la decisión de su equipo negociador y eso es un proceso de varias semanas.
¿Alcanzaría a estar firmado el acuerdo para llevarlo a la reunión de Bariloche el 28 en Argentina? ¿Y según su opinión debe ir Colombia a explicarlos?
Primero, eso depende de la decisión de los dos gobiernos. Por mi parte yo no veo necesidad de tanta urgencia. Para mí un acuerdo bueno es más importante que un acuerdo rápido en ese sentido.
Segundo, si Colombia debe ir a explicar o no es decisión del gobierno colombiano y yo no quiero ofrecer una opinión ni personal ni oficial. Aceptamos cualquiera que sea la decisión del gobierno de Colombia en explicar o no el acuerdo.
El gobierno del presidente Uribe ha quedado un poco solo en la región frente a este tema, pero también en otros tres puntos: primero, que si se va a hablar del uso de bases colombianas por parte del gobierno de E.U. también se debata el apoyo a grupos ilegales en la región; del tráfico de armas ilegales en la región; y el narcotráfico. ¿El gobierno de E.U. va a apoyar sustancialmente a Colombia en esa postura o también va a guardar silencio en eso?
Por supuesto, es decisión soberana para Colombia decidir los temas que ellos quieren tocar en el contexto de Unasur. E.U. no es miembro de Unasur, no hemos recibido una invitación y no vamos a participar por lo tanto en las reuniones de Unasur.
Los tres temas mencionados por el gobierno de Colombia, a nosotros nos parece también como temas muy importantes, como temas que merecen la atención, la consideración de la comunidad internacional, porque son temas que afectan no solo a Colombia, sino también a otros pueblos, incluyendo a E.U. En ese sentido coincidimos con esos gobiernos que piensan que esos temas son importantes y merecen consideración por la comunidad internacional, no hablo de Unasur, no tengo derecho de hablar de Unasur, no somos miembros de Unasur, pero sí somos miembros de la comunidad internacional y creemos que esos temas si son importantes para la región, para el hemisferio y para el mundo.
Ha generado preocupación el tema de la inmunidad. Se habla de que no se repitan casos como el de un oficial estadounidense denunciado por violar una menor colombiana. ¿Qué piensa de eso?
No sé si fue el Canciller o el comandante de las Fuerzas Armadas, pero alguien dijo en julio una expresión que me parecer muy lógica y muy fuerte, que hablamos de inmunidad pero no hablamos de impunidad, y eso creo que es una buena manera para pensar esto.
En EU tenemos tipos malos, así como en Colombia, así como en los 192 países del mundo. Creo que parte de mi responsabilidad es asegurar que haya menor impacto por parte de esos tipos de Estados Unidos en Colombia o de Colombia en los E.U., pero yo no puedo garantizar que eso suceda, porque tendríamos que cortar todas las conexiones.
Este año esperamos entre medio millón y un millón de turistas y otros visistantes de EU a Colombia, algunos de ellos lamentablemente van a ser malos como algunos colombianos que van a E.U.
Creo que uno de los propósitos más importantes con este nuevo acuerdo es tener reglas y proceso más claros para tratar exactamente esa situación en vez de tratar de resolver casos basados en acuerdos de 1952, 62 y 74. Tendremos un acuerdo quizá del año 2009, que tendrá reglas mucho más claras y específicas, pero quiero garantizarle que la defensa más importante para este tema es colaboración entre los dos sistemas legales de Colombia y de E.U. Es la forma como vamos a convencer a los tipos malos. Le aseguro que este nuevo acuerdo nos va ayudar en esto y no es un problema. Va a ser más fácil controlar y eliminar ese tipo de delitos con un nuevo acuerdo.
¿Cree que esta nueva forma de apoyo permitirá golpear a las Farc de manera que se reduzca su acción en pocos años?
No quiero vincular directamente el nuevo acuerdo con esto. Primero creo que hemos visto un progreso enorme en esfuerzos contra las Farc en los últimos 10 años, más o menos, creo que eso es producto de los esfuerzos, la valentía y el profesionalismo del pueblo colombiano y sus fuerzas armadas; creo que es producto del apoyo internacional para el llamado Plan Colombia; creo que es producto de un mejor entendimiento en todas las partes de Colombia; del hecho de que el mensaje de las Farc es vacío en términos de la realidad. Eso es positivo y me da mucho optimismo. El nuevo acuerdo básicamente no va a producir mucha actividad que ya no estemos haciendo. Como dijo el presidente Obama, el nuevo acuerdo es más o menos un proceso para actualizar acuerdos viejos, entonces no va a haber mucha diferencia, el número de personal militar de E.U. va a ser igual o probablemente va a reducirse en los años que vienen, las misiones van a ser iguales como en el pasado.
Un avión llega, quizá por una misión de dos días o dos semanas, o dos meses, y se va. No va a haber presencia permanente en el sentido operacional. El nuevo acuerdo actualiza a cierto punto la manera en que estamos colaborando. Esa colaboración para el ciudadano común y corriente va a ser muy parecida a lo que hemos hecho desde el comienzo del Plan Colombia.
¿Sueña con el final de las Farc?
Claro que sí, pero si me pregunta si es un sueño para este año, lamentablemente no soy tan optimista. Si me pregunta si veo una conclusión al final positiva a este proceso durante los años que vienen, la respuesta es sí y es por una razón muy sencilla: el rechazo casi total del pueblo colombiano, el hecho de que en este momento casi nadie acepta el mensaje de las Farc y si no hay apoyo de la comunidad colombiana, eventualmente las Farc tienen que desaparecer.
Puede ser por un proceso negociado; por un proceso gradual y militar; por un proceso de atomización o entras palabras por la división de las Farc en bandas criminales. Soy mucho más optimista hoy que hace 10 años de que eventualmente Colombia va a ver la conclusión del drama de las Farc.
Las zonas de cultivo de coca en Colombia no muestran disminución y el tráfico en Colombia tampoco. ¿Estamos llegando al punto de que se acepte que la estrategia ha sido equivocada?
No coincido con las personas que dicen que todos los gobiernos del mundo tienen una visión tan limitada de los esfuerzos contra la droga ilícita; hemos aprendido bastante en los últimos 30 o 40 años; hemos aprendido que el tema debemos tratarlo como un paquete completo, no es solo el papel del consumidor frente al productor, no es cuestión exclusivamente policial, no es un cuestión solamente de erradicación o aspersión, es una cuestión también de educación, tratamiento médico, rehabilitación, gestión de desarrollo alternativo, esfuerzo policial, erradicación sí, aspersión sí, pero todo como parte de un paquete completo y total.
Quizá la recomendación más controversial del informe es que algunos dicen legalización, otros dicen de criminalización de la droga. Creo que todos los gobiernos del mundo tienen derecho de experimentar dentro de su propio territorio con variedades de soluciones. Creo personalmente que hasta el momento no hemos tenido un debate digamos civilizado sobre esto, tenemos los de un extremo que dicen que debemos legalizar la droga inmediatamente y que eso resuelve todo. Fantástico, entonces si queremos legalizar el homicidio, entonces legalizamos el homicidio. Ese no es un argumento y hasta cierto punto es una tontería
Y acepto que el otro extremo habla como si solo debería merecer la pena de muerte. Creo que hasta este momento no hemos tenido el debate para que uno pueda decir qué quiere decir legalización. Y quiero saber que qué quiere decir eso.
Sabe que en Estados Unidos los congresistas que más resisten este concepto de legalización son los que representan los barrios urbanos más pobres de los Estados Unidos, porque ellos ven sus distritos y sus votantes, como víctimas de legalización. Ellos no son los de la extrema derecha. Son los que representan las comunidades más pobres. Y si ellos, por lo menos hasta este momento, no ven la lógica de legalización, hay que pensar más sobre este tema. No lo rechazo, pero digo que hasta el momento no hemos tenido el debate necesario para tomar una decisión inteligente.
¿Será que ahora, después de todo este costo pagado por Colombia por el tema de las bases, el TLC estará más cerca?
Lo bueno es que sé exactamente la posición del Gobierno de Estados Unidos. Y esa posición fue enunciada la mañana del 29 de junio de este año, cuando el presidente Obama que apoya un TLC con Colombia y espero aprobarlo tan pronto sea posible. Cito esas palabras del presidente de Estados Unidos. Ahora bien: todos los problemas que hemos visto durante los últimos dos años no han desaparecido. El Presidente ha sido muy claro, no solo con su equipo (incluyendo su embajador acá en Colombia), sino también con los medios de comunicación y el Congreso de los Estados Unidos.
También dijo que hay algunas áreas que han provocado problemas políticos en Estados Unidos y en Colombia. Y él quiere ver progresos en esas áreas.
Mi responsabilidad y la responsabilidad de mi distinguida colega, la embajadora de Colombia en los Estados Unidos, es buscar una fórmula que eventualmente produzca progresos satisfactorios y acuerdos satisfactorios para garantizar, como dijo el presidente Obama, mayorías amplias en ambos congresos nacionales.
Y sabe que soy más optimista hoy que antes del 29 de junio pasado. Creo que, por supuesto, nada está directamente vinculado al Acuerdo Suplemental para Cooperación y Asistencia Técnica con el TLC, pero en el mundo político todo está un poquito vinculado. Y vamos a ver qué pasa durante las semanas y los meses que vienen.
EDULFO PEÑA
EDITOR POLÍTICO
Publicado en
www.eltiempo.com
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