miércoles, 25 de julio de 2007

Pocos senadores escucharon a víctimas en el Congreso

Y por otro lado.......




Julio 24 de 2007 - EN HISTÓRICA JORNADA, 30 PERSONAS RELATARON SUS HISTORIAS DE DOLOR
Pocos senadores escucharon a víctimas en el Congreso
La jornada de ayer en el Senado fue inusual. Los senadores se callaron, no hubo pupitrazos y mucho menos alegatos. La atención y la palabra las tuvieron 30 víctimas del conflicto que con voz quebrada, entre sollozos y con profundo dolor relataron sus tristes experiencias.


¿Histórico? Sí. Por primera vez los legisladores dejaron a un lado su vanidad y cedieron su lugar a quienes en los últimos 40 años permanecieron en silencio a la espera de una solución.

¿Efectivo? Tal vez. Aunque los senadores callaron, la mayoría decidió dejar, sin ningún tipo de rubor, el recinto y a la treintena de víctimas que anoche tuvo la oportunidad de su contar su historia.

"Veo muchas sillas vacías. Uno como indígena tiene su malicia y me preocupa ver tantas sillas vacías, porque ¿dónde está el compromiso?", dijo la líder paez Lisinia Collazos, para retratar el momento que ella y sus 29 compañeros vivieron anoche.

Y así fue. El Congreso, que hace tres años trató como estrellas a los líderes de las autodefensas, que llenó sus bancas para escuchar a Salvatore Mancuso, 'Ernesto Báez' y Ramón Isaza, que fijó sus miradas en sus vestidos nuevos y en sus finas corbatas, anoche poco escuchó a las víctimas.

No escuchó las críticas a la Ley de Justicia y Paz, a la que algunos tildaron de "irrisoria", por conceder solo 8 años de pena a quienes torturaron, desaparecieron y masacraron en los últimos años.

"Es triste ver que donde se hacen las leyes de impunidad no se nos oye", añadió, con dolor, Luz Marina Hache, perseguida por los paramilitares y víctima de la desaparición forzada de su esposo.

Aun con el ausentismo, la jornada sirvió para escuchar varios mensajes. El del ex presidente del gobierno español José María Aznar, quien pidió, a través de un video, no poner en igualdad a víctimas y verdugos porque es "injustificable y moralmente inaceptable". "Les pido que hagan oídos sordos a quienes de manera obtusa e interesada proponen dar la misma legitimidad a víctimas y verdugos".

También sirvió para reunir a víctimas de diferentes clases de violencia: las de los secuestros de las Farc, como Juan Felipe Lozada, hijo de Jorge Lozada; Mariela Barragán, la viuda del líder de la Unión Patriótica Bernardo Jaramillo; Pastora Mira, madre de una hija desaparecida por los 'paras'; María Isabel Castro, esposa de Mauricio Vives, secuestrado por el Eln...

Todos pidieron la verdad. Algunos clamaron por el intercambio humanitario, como Jorge Andrés Géchem, hijo del secuestrado Jorge Eduardo Géchem. Otros, como Matilde Londoño, esposa del asesinado empresario Diego Mejía, insistieron en la necesidad del rescate, por creer que "es mejor estar muerto que secuestrado".

Unos pocos, como Luis Alberto Pinchao, padre del subintendente John Frank Pinchao, pidieron aferrarse a Dios y solo Clara González de Rojas, madre de Clara Rojas, preguntó si para su hija, su nieto y para todos los secuestrados habrá futuro.

"A veces perdemos mucho tiempo en temas poco trascendentales", admitió Juan Fernando Cristo, autor de esta iniciativa de traer a las víctimas al Congreso. "Queremos escucharlos a ellos y no a sus verdugos", dijo. Lástima que la mayoría de sus colegas no haya pensado lo mismo.

"Pido que hagan oídos sordos a quienes de manera obtusa e interesada proponen dar la misma legitimidad a víctimas y a verdugos".
José María Aznar.

No hay comentarios: