El juego presidencial y el canje humanitario
Melquizedec Torremolinos
ANNCOL
En buenahora la senadora Piedad Córdoba sea la facilitadora para que la Insurgencia colombiana (Farc-ep, E-L -N) logre que en países como México, Venezuela, Francia, se abran sedes de esas organizaciones político-militares, en reconocimiento a su status político internacional de fuerzas beligerantes y un primer paso para que tanto el ilegitimo gobierno colombiano como el de sus países amigos les revoquen el calificativo de terroristas. Unas condiciones objetivas así resurgidas conllevaría a asumir en serio y sin divagaciones legalistas el problema del secuestro político en Colombia, materializando el Canje Humanitario, que sin lugar a condicionamientos, viabiliza la búsqueda de una solución política negociada en Colombia.
Los registros de nuevas distracciones en torno al intercambio de presos políticos y guerrilleros detenidos en Colombia y en U.S.A. y los retenidos por la Insurgencia, permite al Miniführer mantener el escenario de una confrontación armada con la Insurgencia, que no gana. Ante su demostrada incapacidad de lograr solución, en el territorio nacional, al problema político-militar del Canje Humanitario; ahora se apoya en dirigentes de reconocida sensibilidad popular en el país, como la Senadora Piedad Córdoba. Su designación como facilitadora en acercamientos con la Insurgencia trae consigo dos inevitables situaciones que saltan a la palestra: la de una creciente presión política contra el mandatario colombiano por los anteriores, fallidos y hasta fallecidos “facilitadores” por él designados. De otro lado, enlodar la imagen del gobierno bolivariano de Venezuela ante el mundo, bajo el San Benito que las guerrillas de las Farc-ep también es bolivariana y en Venezuela tienen “su cuartel general”.
Loable la iniciativa de la senadora Piedad, como denigrante el remojo de barbas del Miniführer, esperando que el Presidente Hugo Chávez lave los platos rotos de su soberbia actitud.
En el panorama político internacional nada mas descabellado que pretender admitir que un gobierno popular como el bolivariano, asfalte el ilegítimo gobierno fratricida y narco paramilitar colombiano. En las primeras de cambio, qué efectos redundan en aliviar el dolor de las familias de los presos políticos, de guerrilleros y también de retenidos por la Insurgencia, en que la alta diplomacia de dos Jefes de Estado tan disimiles busquen a espaldas de las fuerzas insurgentes colombianas decidir el derrotero político inmediato del país colombiano?. Resulta que las Montañas de Colombia , no son escenario para la búsqueda de la solución política?. De manera que las ciudades colombianas- centro del poder político- no son medio para el desempeño diplomático de los países facilitadores?. Acaso la diplomacia de los países facilitadores no comprende el asumir un rol o papel ante el Imperio para el cese de toda clase de violación a los derechos fundamentales de Sonia y Trinidad, atropellados y sometidos a condiciones infrahumanas?. Subsiguientemente, trabajar en la lógica de un intercambio de los tres ciudadanos estadounidenses por los dos guerrilleros colombianos. Bajo la fórmula “2 por 3”, contribuirían a desenmarañar la situación creada por el Miniführer, al utilizar la indigna extradición como instrumento contrainsurgente en Colombia.
En buenahora la senadora Piedad Córdoba sea la facilitadora para que la Insurgencia colombiana (Farc-ep, E-L -N) logre que en países como México, Venezuela, Francia, se abran sedes de esas organizaciones político-militares, en reconocimiento a su status político internacional de fuerzas beligerantes y un primer paso para que tanto el ilegitimo gobierno colombiano como el de sus países amigos les revoquen el calificativo de terroristas. Unas condiciones objetivas así resurgidas conllevaría a asumir en serio y sin divagaciones legalistas el problema del secuestro político en Colombia, materializando el Canje Humanitario, que sin lugar a condicionamientos, viabiliza la búsqueda de una solución política negociada en Colombia.
Continuar con actitudes unilaterales desconociendo el escenario natural y el paisaje de patria en que se mueve la Insurgencia colombiana, dilata aun más el canje verdadero de dando y entregando. En tanto se le acaba el tiempo al narco-paraco Presidente para lograr solución y victoria, juntas.
LA FARSA ELECTORERA EN COLOMBIA
En este país, regido por la fe confesional que los Medios de Alienación Masiva, repiten a diario, el gobernante de todos conocido por sus antecedentes familiares y personales con el narcotráfico, aspira que unas nuevas elecciones de remozamiento del aparato estatal a llevarse a cabo en el mes de octubre próximo, maquillen al país como un ejemplo de democracia. El cinismo de contar con un sistema electorero corrupto, con practicas electoreras criminales; con tierra a punta de moto sierra arrasada; con seis millares de dirigentes y candidatos políticos y populares asesinados; con activos paramilitares actuando con la patente de impunidad que su gobernarte les permite, en todas las regiones de Colombia; contrasta con la mojigata realidad expresada por el Procurador Nacional de Colombia cuando alerta que en trescientos veinte municipios colombianos no existen garantías para llevar a cabo elecciones. Con anterioridad hemos recontado la conflictiva situación en el eje fronterizo colombo-venezolano. No serán trescientos treinta y tantos los Municipios colombianos en que no estén dadas las condiciones para llevar a cabo las elecciones en el mes de Octubre próximo. El efecto del dominio paramilitar de la derecha está en todos los municipios, incluidas las grandes ciudades. El Imperio y la narco oligarquía colombiana apuestan con mentiras bajo un sistema electorero corrupto, perpetuado bajo una concepción criminal y falsa, lo cual lo hace imposible de ser convalidado por cualquier organismo Veedor internacional que se respete.
Es sabido que la única oposición política existente en Colombia, es la oposición armada. La oposición no armada es macartizada por el poder gubernamental y sus voceros acallados. Prima el miedo y el Terrorismo de Estado paramilitar.
Últimamente gesticula el Miniführer que le quedan tres años para capturar a los cabecillas del “terrorismo”. Incluye a los insurgentes colombianos; pero también a los de la oposición civil. Para contrarrestar el escándalo de la narco- para -política, acuña el término de una supuesta “farc- política”. Estamos esperando la promoción de ese infundió, a tiempo descartado por sus consejeros, por el efecto boomerang que le representaría. Esperemos su difusión para referirnos a ello y daríamos el debate con la lucha y explicación ideológica y política al respecto.
Un gobierno concebido para la guerra, montado por la extrema derecha narco-oligárquica; ante la imposibilidad de una victoria y solución militar a su favor, personaliza todo el poder del Estado. Lo chocante es prever , luego de esos tres años qué?. Al no lograr una solución al Canje Humanitario busca la eliminación material de todos los retenidos para sustraerse al incomodo Canje Humanitario. Con cerca de 9 billones de pesos y mas de 10,000 soldados nuevos que reemplazan al fallido ejercito blanco paramilitar de la oligarquía colombiana, insulta al pueblo colombiano, mencionándolo, bajo la brújula de un desgobierno militarista, en que la inversión social del Estado es sustituida por la imposición privatizadora de la inversión (o mejor invasión) del capital monopólico financiero y privado, en una Colombia narco financiada impúdicamente ante el mundo.
El Yo absoluto del Miniführer y sus consejeros olvidan: que la estructura de la Insurgencia colombiana está intacta. Que su capacidad o potencial de responder, acorde con el desarrollo del movimiento popular de masas, crece cualitativa y cuantitativamente; que el movimiento político clandestino comunista y de izquierda se prepara ante los presagios del “Cataclismo colombiano” que no es otra que la invasión del Imperio en la conservación de la esquina estratégica latinoamericana.
Bajo la brújula imperialista y oligárquica impedirán que el movimiento legal de masas alcance triunfos; lo cual implica la relación dialéctica gradual de la consolidación del movimiento ilegal e insurgente en el caudaloso derrotero político. La atomización del movimiento político legal y su desvertebra miento nacional, repasa a una derecha sangrienta de sectarismos históricos, que al no poderlos revivir, escalona el conflicto a niveles de guerra civil en Colombia; puesto que definitivamente está en juego es el Poder.
Bajo la consigna de acabar con los “cabecillas” la condena de muerte contra la dirigencia política de la izquierda legal está nuevamente dada en Colombia. Por ello repito, qué Veedor internacional puede dar garantía de un proceso electoral en Colombia en las actuales condiciones?. Ninguno que se respete.
Publicado en www.rebelion.org
viernes, 24 de agosto de 2007
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