lunes, 8 de septiembre de 2008

Puerto nuevo, el pueblo de las Farc en Ecuador

Puerto nuevo, el pueblo de las Farc en Ecuador
Por: Agencia AP
Puerto Nuevo es un pueblo de unas 1.700 personas, sin iglesia. Tampoco hay una estación de policía, ni puesto de control migratorio. Rodeado por la selva densa en un claro al sureste del pantanoso río San Miguel, Puerto Nuevo es un caserío de tránsito. Y de Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc) .



Foto: Agencia AP
Soldados solicitan documentos de identidad a dos hombres en el camino a Puerto Nuevo, Ecuador. Puerto Nuevo de tránsito de Ecuador hacia Colombia.
Rudos jóvenes descamisados atestan la zona. Hombres más viejos llevan en hombros sacos de arroz, tanques de gas propano y otros de gasolina camino abajo al río y los cargan en canoas para su distribución a lo largo de la frontera con Colombia. Los visitantes despiertan miradas recelosas.

A lo largo de las dos últimas décadas, las FARC ha utilizado poblados en el lado ecuatoriano de la frontera para tareas logísticas, paso y descanso, con la tácita aprobación de los gobiernos en Quito.

Ahora, cuando este refugio se ha convertido en una zona más vital que nunca para los acosados guerrilleros, el nuevo gobierno izquierdista de Ecuador asegura que está decidido a enviarlos de vuelta a su país.

El cambio de política se hizo evidente tras el 1 de marzo, cuando aviones de guerra colombianos bombardearon un campamento de las FARC del lado ecuatoriano. En el ataque murieron el “canciller” de las FARC, Raúl Reyes, y otras 24 personas. Ecuador a romper relaciones diplomáticas con Colombia.

El ataque fue una vergonzosa muestra del escaso control que Ecuador tenía sobre su territorio.

Documentos encontrados en computadoras portátiles de Reyes detallan los estrechos lazos entre los rebeldes y varios destacados izquierdistas de Ecuador. También indican que la campaña electoral en 2006 del presidente Rafael Correa recibió 100.000 dólares de las FARC. Pero Correa insiste en que los archivos del computador son falsos.

Poco después de la revelación de los documentos, Correa reemplazó a la mayoría de los altos mandos de las fuerzas armadas y comenzó una serie de operaciones castrenses a lo largo de los 640 kilómetros de frontera con Colombia.

“No soportaremos la presencia (armada) ni regular ni irregular en nuestra frontera” con Colombia, aseveró el ministro de Defensa, Javier Ponce, en una reciente entrevista con The Associated Press.
El gobierno promete ahora establecer puestos policiales en zonas descuidadas por años y comprar aviones no tripulados a control remoto para patrullar áreas donde los soldados no pueden llegar. En lo que va de año, las fuerzas de seguridad de Ecuador han destruido 34 campamentos de las FARC y seis laboratorios de drogas, decomisado más de dos docenas de fusiles, 68 kilos de dinamita e incluso una fábrica de morteros.

Sin embargo, en esas operaciones no fue capturado un solo rebelde.

Los funcionarios ecuatorianos afirman que los guerrilleros están tan infiltrados que incluso reciben avisos de antemano sobre cuándo llegaran los militares para una redada. Un comandante medio de las FARC, llamado Olbany, quien recientemente desertó, dice que el ejército ecuatoriano incluso avisa por radio a los guerrilleros.

El jefe regional de inteligencia ecuatoriana, coronel Javier Pérez, dijo a la AP que un oficial fue procesado y encarcelado en 2001 por pasar tales datos a los rebeldes. Pero, agregó, “desde entonces hemos adoptados mayores medidas de seguridad” .

Pero a pesar de ello, los ojos y oídos de las FARC aún están por todos lados a lo largo de los ríos San Miguel y Putumayo, que marcan la frontera colombiana en la región.

La Bermeja, un racimo de 15 simples viviendas cercanas a la fábrica de morteros, resucita durante los fines de semana, cuando bebedores de cerveza llenan los locales de billar, las prostitutas se mueven entre la multitud y abunda la venta de condones. Cuando un par de periodistas de la AP visitó la zona recientemente, ningún hombre permitió que se le fotografiara. Ninguno dijo saber algo sobre campamentos de las FARC en el área.

“El 80% de la gente en ese pueblo son milicianos de las FARC o miembros del partido comunista” , dijo Olbany, un veterano de 23 años dentro de las FARC que desertó el 13 de mayo y pidió ser sólo identificado por su alias porque aún tiene familiares en la zona.

Por toda la zona, reina una corrupción rampante. La red de informantes y de proveedores de las FARC es amplia. De Colombia sale la base de coca, materia prima para fabricar cocaína. A Colombia llegan armas, alimentos, medicinas, ropas y lo que necesiten los rebeldes.

“Si sobrevuelas la frontera y miras al lado de Colombia, no hay nada más que cultivos de coca” , dijo a la AP el general Freddy Padilla, comandante de las fuerzas armadas colombianas, “mientras al lado ecuatoriano no hay nada sino densa selva con laboratorios de cocaína ocultos” .

Cualquier fin de semana, más del doble de la población de Puerto Nuevo pasa por el pueblo camino hacia y desde Colombia. El puesto militar ecuatoriano más cercano está a 38 kilómetros de distancia. Una base del ejército de Colombia está mucho más cercana, como a cinco minutos en bote pasando por un caserío llamado Puerto Teteyé.

Del lado ecuatoriano, decenas de miles de colombianos viven en la provincia de Sucumbíos. Ecuador tiene la mayor población de refugiados de guerra del hemisferio, unos 150.000, de acuerdo con datos de Naciones Unidas, y con frecuencia es casi imposible distinguir a un insurgente de un refugiado, incluso a un ecuatoriano de un colombiano.

No hay mayores dificultades para que un colombiano se haga ecuatoriano, dijo el coronel Pérez. “Por un documento de identidad ecuatoriano se podría pagar unos 70, 90 dólares y usted tenía una cédula ecuatoriana” , dijo.

“Si usted los necesita urgente, para ya, la tarifa es mayor” , agregó.

Los comandantes rebeldes brindan atención médica a sus heridos en Ecuador, ofrecen a sus combatientes retirados un capital inicial para que instalen sus propios negocios, crían ganado y almacenan armas, moviéndose con relativa facilidad ya sea porque mantienen relaciones estrechas con las autoridades locales o porque les pagan, dijo Olbany.

Aseguró que miles de combatientes de las FARC y muchos más colaboradores viven en Ecuador.

Después del ataque del 1 de marzo, aseguró, ayudó a evacuar del campamento bombardeado a 18 heridos hacia Puerto Nuevo, donde médicos les prestaron los primeros auxilios antes de enviarlos a hospitales en ciudades ecuatorianas.

Con la complicidad de las autoridades militares y policiales de Ecuador, dijo Olbany, “Puerto Nuevo es de nosotros” .

Dijo que personalmente presenció la visita de una patrulla militar ecuatoriana al campamento de Reyes y dos veces vio al ministro de Seguridad Interna, Gustavo Larrea, en ese mismo campamento. Después que Colombia divulgó documentos de las computadoras halladas en el campamento de Reyes, Larrea admitió que se reunió con el comandante rebelde. En una entrevista con la AP, el ministro dijo que se encontraron una vez, en enero, y que esa cita no fue en Ecuador ni en Colombia.

Colombia también ha divulgado documentos detallando los estrechos lazos entre los guerrilleros y el gobierno de Venezuela, donde las FARC también han encontrado un refugio y una canal importante para el contrabando de cocaína.
Sin embargo, la presencia de las FARC en Ecuador parece ser mucho más fuerte y profunda hacia el interior del país.

A una hora de distancia de Puerto Nuevo y por buenas carreteras —un segmento del lado ecuatoriano de la frontera esta sazonado con campos petroleros que hace que posee rutas bien mantenidas— esta Lago Agrio, un pueblo petrolero sin árboles que nació en medio de la jungla en los años 60 de la mano de la empresa Texaco.

Esa ciudad, de unos 35.000 habitantes, tiene decenas de taxis nuevos y brillantes, tiendas bien abastecidas que la industria petrolera, un negocio que ahora controla la estatal Petroecuador, apenas alimenta.

La calle principal de Lago Agrio esta llena de clínicas privadas y hoteles de categoría. En la periferia abundan los burdeles. Los tiroteos se pueden escuchar con frecuencia por las noches y más o menos cada semana asesinos en motocicletas cometen homicidios; pocos son investigados o llegan a juicio.

El comandante provincial de la policía, el coronel Luis García, admite lo que todo el mundo sabe: “Lago Agrio ha sido un centro de acopio, de abastecimiento y refugio de las FARC” .

En general, uno de cada tres habitantes de la zona simpatizan con los guerrilleros, dijo Olbany, y el coronel Pérez afirma que más del 80% está vinculado con actividades ilegales, la mayoría con las FARC, pero también con el tráfico de cocaína.

Pero si uno le pregunta a la gente sobre las FARC, la respuesta es silencio. El líder comunitario de Puerto Nuevo, José Reyes, niega cualquier presencia de las FARC en el pueblo.

“Por aquí, que de vez en cuando se pasan, pues se pasan, pero no operan en Ecuador” , dijo.

Reyes, quien vive en la casa más grande del pueblo, aseguró que sólo es un agricultor ecuatoriano.

“Es gran mentira” , dijo Olbany. “Es ex guerrillero de las FARC” . Reyes dijo que le complacería ver puestos policiales ecuatorianos, pero para combatir lo que llamó secuestros y asesinatos de civiles a manos de soldados colombianos, quienes cruzan el río. Y una cosa está clara: como muchos en la zona, Reyes coincide con la causa rebelde.

“Mire, el hambre, el desempleo, el analfabetismo, la desnutrición, esas cosas no tienen frontera y el que lucha por un cambio de sistema, que lucha por las reivindicaciones para el pueblo tampoco debe tener frontera” , dijo.

“Las FARC son símbolo de libertad” , dijo Reyes. “Che Guevara no tuvo fronteras” , agregó.

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