Los mayores Javier Efrén Hermida Benavides y el mayor Luis Gerardo Barrero Calderón, según el ente, participaron en el montaje de actos terroristas para cobrar recompensas.
El escándalo de los falsos atentados que a mediados del 2006 sacudieron a Bogotá terminó por costarles la carrera a estos hombres de inteligencia militar que eran contactos de la famosa 'Jéssica' de las Farc.La Procuraduría los destituyó y los inhabilitó por 20 años para ocupar cargos públicos.
La investigación disciplinaria -que es independiente de la penal, que aún no se ha definido- los responsabilizó de "participar en en el montaje de, al menos, tres actos terroristas ocurridos entre julio y agosto del 2006 para cobrar recompensas y obtener reconocimientos".Uno de esos artefactos, un carro bomba que explotó en el barrio Gaitán, noroccidente de Bogotá, causó la muerte de una persona y heridas a varios militares que cruzaban por el sitio.
Los cargos también incluyen otro vehículo con explosivos, que no se activó, en un centro comercial del suroriente de Bogotá, y la ubicación de petardos en la Escuela de Artillería. El propósito, según el fallo, era "sembrar el pánico" y demostrar su "buen desempeño como oficiales de inteligencia".
Los mayores Hermida Benavides y Barrero Calderón hacían parte de la Central de Inteligencia Conjunta del Comando General de las Fuerzas Militares. La Procuraduría considera que incurrieron en faltas que también son delitos: concierto para delinquir, terrorismo, homicidio, lesiones personales y daño en bien ajeno. En la decisión, se retiran los cargos contra el ex director de la Central de Inteligencia, coronel Ignacio Arbeláez Sarmiento.
La comisión investigadora encontró que los oficiales se contradijeron en sus versiones ante las autoridades. En su contra hay conversaciones telefónicas entre ellos y Lidia Álape Manrique, alias 'Jéssica', una desmovilizada de las Farc que actuaba como informante del Ejército y que al parecer seguía trabajando con la guerrilla. También se documentaron reuniones con la misma mujer en varios sitios de Bogotá días antes de ser encontrado el primer carro bomba en el centro comercial y después de la explosión del vehículo en el barrio Gaitán.
Además, ambos intervinieron para autorizar el pago de siete millones 500 mil pesos como recompensa por información a 'Jéssica' y Néstor Germán Pérez, los supuestos informantes que permitieron la ubicación de explosivos.Inicialmente, la actuación de los dos oficiales fue defendida por sus superiores.
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