sábado, 19 de enero de 2008

Enero 18 de 2008 -
Venezolanos relatan cómo es el secuestro por parte de la guerrilla colombiana
Entre 2006 y 2007, el número de plagios en territorio venezolano se duplicó, llegando a 380.


Aunque en el último Aló, Presidente Chávez aseguró que ni las Farc ni el Eln tienen secuestrados venezolanos, las estadísticas de autoridades colombianas y de la Federación de Ganaderos de Venezuela (Fedenaga) reportan que 68 nacionales de ese país estarían en manos de la guerrilla, algunos desde hace varios años.

Genaro Méndez, presidente del gremio, le dijo a este diario que el panorama del secuestro en Venezuela ha empeorado en los últimos dos años. En el 2005 se denunciaron 95 casos y en el 2006, 190.

Un año después la cifra se había duplicado de nuevo, hasta llegar a los 380 secuestros que, según las propias autoridades venezolanas, ocurrieron en ese país el año pasado. La cifra es cercana a la de Colombia, que reportó 521 casos en el 2007.

"El escenario ha empeorado porque el Gobierno no ha tenido la línea política de enfrentar el secuestro, por lo menos el que comete la guerrilla", asegura.

Según las cifras oficiales del Ministerio de Interior y de Justicia venezolano, los secuestradores golpearon en 20 de los 24 estados. Aunque los secuestros dejaron de ser exclusivos de la zona fronteriza con Colombia, el delito sí es de gran influencia en estados limítrofes. Zulia (77), Táchira (34) y Barinas (31) son de los más afectados.

Venden a los secuestrados

Informes de inteligencia colombianos dan fe de que las Farc, Eln y 'paras' no solo secuestran en territorio venezolano, sino que también 'vacunan' a los dueños de tierras.

Tamayo, por ejemplo, quedó con la 'obligación' de pagar una vacuna anual de cinco millones de pesos. Y lo peor, cuenta, es que también tiene que pagarle al Eln y a un nuevo grupo ilegal Frente Bolivariano de Liberación, comandado por alias 'Jerónimo'.
Este último plagió a su hermano y también pagaron su libertad.

En la mira de las autoridades están Juan Vicente Carvajal, 'Misael Rodríguez' o 'El Pollo', segundo cabecilla del frente 10 de las Farc, y 'Arcesio Niño', del mismo frente, los encargados de recaudar el dinero y ordenar los secuestros desde sitios como Arauca.

"El secuestro ha tenido un crecimiento endémico no solo en Venezuela sino en Ecuador después del 2000. Antes usaban el territorio para huir, hoy están llevando para allá las prácticas de la guerra colombiana", explica Claudia Llano, asesora de prevención de la Fundación País Libre.

Las modalidades son dos: hay delincuencia común que plagia a los venezolanos y se los 'vende' a grupos ilegales. La segunda es que guerrilleros pasan la frontera para secuestrar y los tienen cautivos en Colombia. En los últimos meses se ha dificultado la identificación de los autores, pues no se identifican con un grupo en específico.

Relato de Camilo Tamayo

Ese fue el caso del ganadero venezolano Camayo Tamayo *, quien fue entregado en territorio colombiano después de siete meses de negociaciones que se hacían por radioteléfono y de haber soportado eternas caminatas y hasta que lo amarraran.

El cautiverio de este ganadero venezolano comenzó una noche de marzo del 2005.

Estaba descansando en su finca cuando una decena de hombres vestidos de civil, pero bien armados, asaltaron la casa principal de la hacienda y se lo llevaron. Después de cuatro días de caminar por el monte, el empresario y sus captores llegaron a un cambuche donde por fin pararon.

Tamayo supo que estaba en Colombia, pues conocía muy bien la zona. Pero se sorprendió cuando vio que sus secuestradores aparecieron un día con camuflado. "Ahí me di cuenta de que eran las Farc -cuenta-. Sentí, como católico que soy, que había llegado el juicio final. Lo que viví no se lo deseo a nadie".

A los 10 días de haber sido secuestrado, su familia recibió las primeras pruebas de supervivencia: la respuesta a un cuestionario.

"La rutina en cautiverio era terrible. Eran las 8 de la mañana, limpiaba el reloj, me peinaba y seguían siendo las 8 -recuerda-. El tiempo no pasa cuando piensas en tu familia".

Durante esos meses les reclamó por qué lo plagiaban si era de otra nacionalidad: "Ellos trataban de justificar lo que estaban haciendo. Que era por una mejor Colombia. Justificar lo injustificable".

El suplicio de Tamayo y su familia duró siete meses y medio, tiempo en el que se negoció su libertad por una cifra larga de millones de bolívares que finalmente se quedaron en los bolsillos de la guerrilla.

Es una situación que, según le dijeron a EL TIEMPO comerciantes, funcionarios de petroleras, industriales y ganaderos venezolanos, se padece a diario en la frontera. Esa es la dramática situación que le han sacado en cara al presidente Chávez los que critican su protagonismo en el tema del acuerdo humanitario.

Un mal de toda la región

México: (834 plagios entre 2000 y 2003): el narcotráfico es la primera causa de secuestro. También es común el exprés. En algunos casos se entregan partes del cuerpo como prueba de supervivencia.

Perú: (136 plagios entre 2001 y 2006): incremento del secuestro exprés.

Argentina: (17 plagios en el 2006). El 'paseo millonario', el problema.

Tres familias desconocen el paradero de sus seres queridos

'No perdono al Estado venezolano'

ARTURO PEÑALOZA
ENVIADO ESPECIAL DE EL TIEMPO
TÁCHIRA (VENEZUELA)

La última ventana de esperanza que tenía la familia Dávila Arellán para recuperar a don Porfirio, se les cerró hace un año y medio. Desde entonces, perdieron todos los contactos que había con el grupo armado que el 2 de junio del 2003 secuestró al finquero, de 63 años, cuando ingresaba en su viejo jeep Willys a su hacienda, ubicada a cinco minutos de Rubio, por la vía a San Antonio, en Táchira.

"Recibimos la primera llamada 12 horas después del secuestro. Lo hizo un grupo revolucionario colombiano -como se hizo llamar-. Después tuvimos más de 30 llamadas en mes y medio pidiendo 300 mil dólares (cerca de 600 millones de pesos), pero nunca hubo fe de vida", explicó Porfirio Dávila Jr., hijo mayor de la víctima.

En los últimos meses, luego de perder contacto con los secuestradores, los miembros de la familia han intentado conocer del paradero de don Porfirio, pero no han tenido éxito. Lo que más le indigna a Porfirio hijo es la indiferencia del gobierno venezolano.
"A ellos los perdono, aunque quisiera saber sobre la suerte de mi papá. Pero al Estado venezolano no", dijo. Añadió que "no se puede solucionar un problema cuando se desconoce. Me he sentido desamparado, huérfano de patria", afirma.

Cuatro años sin tener noticias

Por Ana de Dios Guerrero y su hijo José Anthony Pabón, sus familiares estuvieron dispuestos a pagar los mil millones de bolívares (unos 450 millones de pesos) que pedía el grupo armado que los secuestró el 3 de diciembre del 2003 en la finca 'Mi Pequeña Venecia', ubicada a 30 minutos del perímetro urbano del municipio Andrés Bello, en el estado Táchira venezolano.

Sin embargo, no fue posible hacer la entrega de una parte del dinero, porque los secuestradores los hicieron trasladar primero a territorio colombiano, donde fue imposible reunirse con ellos debido a la presencia de las autoridades.

"El que llamaba se identificaba como el 'Comandante Centella', pero nunca manifestó a qué grupo pertenecía, solo decía que estaban luchando contra la injusticia del mundo, pero su acento no era venezolano y las llamadas siempre las hacían de San Antonio, Ureña y Cúcuta", cuenta Juan Pabón, hijo y hermano de los plagiados.

La indignación de Pabón es mayor al referirse al gobierno venezolano: "Decir que no hay secuestrados es querer evadir la responsabilidad. Aquí los únicos que dan solución a los casos de secuestro son los familiares, cuando pagan el rescate, porque los cuerpos de seguridad del Estado no investigan y nosotros como víctimas nos convertimos en policías".

Se lo llevaron encapuchados

Carmen Quiroga de Morales ha tenido que hablar con todos los grupos armados de la región con tal de recuperar a su hijo Raúl Sneyder, de 31 años, quien fue sacado el 19 de septiembre del 2006 de su finca, en La Victoria, estado Apure (Venezuela), por hombres encapuchados y con armas largas.

"Nos comunicamos con un comandante de las Farc llamado 'Maturana', con el que llaman 'Robinson', con el que le decían 'El Cucho', con otro del Eln y hasta con los del FBL (Fuerza Bolivariana de Revolución) también llamados 'Boliches' y todos nos dijeron que no lo tenían", dice la mujer, nacida en Duitama (Boyacá) pero radicada en Venezuela hace 30 años.

Pero la mayor incertidumbre de Carmen es que no ha vuelto a saber de su hijo. No está de acuerdo con el gobierno venezolano de -según ella- querer tapar una realidad tan grande como el tema de los secuestrados en Venezuela. "La única razón que le doy a Chávez es que la violencia que hoy tiene Venezuela ha venido de Colombia, porque fue entrar esa gente (la guerrilla) y se acabó la paz", aclaró.

'Plagiados venezolanos los tiene el hampa': Rodríguez Chacín

Unas 16 familias venezolanas que tienen a sus seres queridos secuestrados por diferentes grupos, entre ellos las Farc y el Eln, quieren hablar con el presidente Álvaro Uribe para que les ayude con una mediación.

Algunos tienen cinco años de plagiados, hay menores de edad y una anciana de 79 años, Blanca Sánchez, que fue secuestrada hace tres meses en Táchira.

La cita con Uribe los enfrentaría a un lío jurídico en Venezuela, pues esto sería catalogado como "traición a la patria".

Así lo aseguró el ministro venezolano Ramón Rodríguez Chacín: "He sabido de un grupo de venezolanos que están llevando a compatriotas a Colombia para ver si les resuelven problemas, lo que me parece una jugada política de muy mala caña (...) Hago la denuncia de que aquí podría haber un delito de traición a la patria".

Ayer, Rodríguez se reunió con familiares de secuestrados e insistió en que estos están en manos de la delincuencia común: "Si alguien tiene las pruebas de que hay algún otro factor donde se encuentra la gente secuestrada, debe colaborar al máximo con las autoridades", dijo.

REDACCIÓN JUSTICIA

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