La fuga del jefe guerrillero responsable de la peor masacre en la historia de ese organismo es tan sólo una de las irregularidades que rondan la investigación.
Víctor Ramón Navarro, alias 'Megateo', es un jefe guerrillero desconocido para la opinión pública. Sin embargo, desde hace más de dos años este hombre se ha convertido en la mayor obsesión y en el blanco principal del Departamento Administrativo de Seguridad (DAS). No es para menos. El subversivo asesinó en abril de 2006 a 10 de los mejores detectives de ese organismo de inteligencia, y siete soldados profesionales, cerca de Hacarí, Norte de Santander. Ese golpe marcó la historia reciente del DAS. Para muchos, ese acto tan sólo es superado por el carro bomba ordenado por Pablo Escobar en 1989, el cual semidestruyó las instalaciones y dejó más de 100 muertos y 200 heridos.
Los hechos que rodearon la masacre de Hacarí tienen un componte que lo puede hacer más macabro que el atentado terrorista del jefe del cartel de Medellín: la sombra de la traición. Desde cuando ocurrió la masacre hasta hoy existe la sospecha, que se ha ido transformando en una certeza, de que algunos funcionarios dentro o fuera de la institución pudieron haber traicionado al DAS. El hecho más reciente ocurrió en julio del año pasado, cuando personal de esa institución capturó a 'Megateo' y lo dejaron fugar.
SEMANA conoció que en los últimos días de julio de 2008 miembros del DAS arrestaron a 'Megateo' y a su escolta. Hace más de cuatro meses, la entonces directora de esa entidad, María del Pilar Hurtado, confirmó la fuga a esta revista y solicitó la reserva del caso al afirmar que estaba siendo investigado y pronto habría resultados. Sobre la forma como dejaron escapar a 'Megateo' hay dos versiones 'oficiales' en las cuales son evidentes las irregularidades. La primera, contada a SEMANA por funcionarios del DAS, dice que cuando era transportado en una camioneta del DAS desde un sector cerca de Ocaña rumbo a Cúcuta, el guerrillero saltó del vehículo y huyó entre la maleza. De acuerdo con esa versión, ninguno de los dos detectives que iban con él pudo seguirlo, ni dispararle, ya que por "mala suerte" las armas se encasquillaron al mismo tiempo.
La otra versión 'oficial' es igual de inaudita. Según le contaron miembros de esa institución a SEMANA, tras ser capturado por integrantes del DAS, 'Megateo' fue esposado y, junto con su escolta, fue transportado en el platón de una camioneta del DAS. En algún punto del recorrido entre Ocaña y Cúcuta, el escolta del subversivo se habría dado cuenta de que la puerta del platón se había abierto y, aprovechando el descuido de los detectives, empujó a 'Megateo' fuera del vehículo para que lograra huir.
Según esa versión, los detectives sólo se percataron de que 'Megateo' había escapado al llegar a la capital de Norte de Santander. El asunto se complica aun más. SEMANA conoció por fuentes del DAS en ese departamento que aunque el escolta sí llegó a la sede de esa entidad, dos días después desapareció de allí.
Las inverosímiles versiones 'oficiales' sobre la fuga tienen dos cosas en común igual de graves. La primera es que dejaron escapar a uno de los guerrilleros más perseguidos. Lo segundo es que en ambas versiones se está investigando la entrega de una gruesa suma de dinero a cambio de permitir la huida del subversivo. La fuga de 'Megateo' tiene indignados a muchos de los funcionarios del DAS que desde hace más de dos años están tras él. Aunque parte del malestar radica en el hecho de haber sido traicionados por sus propios hombres, también hay indignación porque, según confirmaron fuentes del DAS, las investigaciones internas sobre los hechos que rodearon la fuga han avanzado con mucha velocidad, pero han encontrado grandes obstáculos, ya que los fiscales que también hacen parte del caso por la fuga de 'Megateo' no han actuado con diligencia, lo cual ha dilatado capturas, entre otras cosas.
Aunque el DAS omitió contar públicamente la extraña fuga de 'Megateo', ese episodio no es el único en donde está presente la sombra de la traición.
A finales de 2005, durante la naciente administración de Andrés Peñate, ' Megateo' fue uno de los blancos del DAS. Como jefe del frente Libardo Mora Toro del Ejército Popular de Liberación (EPL) controlaba la mayor parte del negocio de la droga en el sector de Catatumbo y Norte de Santander. Aliado con las Farc y facciones de ex paramilitares, era el amo y señor de una zona estratégica.Había acudido a su gran poder para penetrar y corromper a la mayoría de las instituciones oficiales en esa zona. Además contaba con la ayuda de gran parte de la población.
Peñate estaba decidido a arrestarlo y tras meses de planearlo, lanzó una operación para capturarlo. Con lo que no contaba el director del DAS es que el guerrillero conocía todos los detalles del plan. Sabía, incluso, que los detectives y militares que iban tras él viajaban en un camión blindado. Por eso las cargas explosivas con las que dinamitó el vehículo eran más potentes de lo usual. Una vez ocurrió la masacre las investigaciones empezaron a develar que posiblemente 'Megateo' había sido alertado por infiltrados.
Las investigaciones iniciales identificaron dos sospechosos. Uno de ellos es un detective del DAS, cuyo nombre SEMANA se abstiene de revelar para no entorpecer las pesquisas. De acuerdo con los investigadores del organismo de seguridad, existen sospechas de que ese funcionario reveló al subversivo la operación en su contra. "Aunque había, y hay, pruebas suficientes para vincular a ese funcionario, las actuaciones de los fiscales de ese caso no han permitido arrojar resultados contundentes", le dijo a SEMANA un investigador del DAS.
Las otras sospechas recayeron sobre un coronel activo del Ejército. Como parte de las investigaciones por la masacre, el DAS, con la autorización de la Fiscalía, realizó centenares de interceptaciones telefónicas. Algunas de las que más llamaron la atención de los funcionarios son centenares de horas de conversaciones entre un coronel del Ejército y un guerrillero del EPL, que trabajaba con 'Megateo', y a las cuales tuvo acceso SEMANA. En las grabaciones, el oficial, cuyo nombre esta revista se reserva, pero que resultó siendo uno de los militares destituidos a finales del año pasado por el caso de los falsos positivos en Ocaña, tiene comprometedoras charlas con el subversivo del EPL (ver recuadros).
Aunque fuentes del Ejército y el DAS dicen que esas conversaciones eran parte de una labor de inteligencia para tratar de dar con 'Megateo', otros miembros del organismo de seguridad, que tuvieron acceso a esas grabaciones, afirmaron tener serias reservas sobre la actuación del militar. Para empezar, no es usual que un alto oficial como un coronel tenga comunicación con un guerrillero de tan bajo perfil. Es un trabajo más común para suboficiales, capitanes y mayores. También les llama la atención el contenido de las conversaciones donde el coronel ofrece mover la tropa para facilitarle la actividad delictiva del guerrillero.
El caso de la masacre de Hacarí sigue lleno de graves interrogantes por resolver. De las pocas certezas que hoy tienen los investigadores es que hubo una traición que resultó en la muerte de 10 detectives y siete soldados profesionales. Y que el responsable de la matanza, 'Megateo', se fugó de manera increíble hace seis meses del mismo DAS. Entretanto, el DAS y la Fiscalía se tiran la pelota: parecen más preocupados por acusar al otro de ineficiencia, que por buscar y capturar a los verdaderos culpables. Un triste espectáculo para los familiares de los 17 colombianos cobardemente asesinados el 21 de abril de 2006.
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