sábado, 31 de mayo de 2008

Habla padre de un desaparecido

Hernando Salazar
BBC, Bogotá



Carlos Arturo, el menor de los tres hijos del abogado Enrique Rodríguez, tenía 28 años cuando lo desaparecieron en noviembre de 1985, durante la operación militar que le puso fin al asalto guerrillero del M-19 al Palacio de Justicia en Bogotá.

Al final de la toma, hubo cerca de cien muertos, entre ellos 33 de los 35 guerrilleros que asaltaron el Palacio, así como una docena de desaparecidos.

Carlos Arturo era el administrador de la cafetería del Palacio y el día de la toma estaba reemplazando a su esposa, Cecilia, quien acababa de dar a luz a su primogénita.

La Fiscalía colombiana reabrió la investigación por los hechos y ordenó esta semana la detención de un ex coronel de inteligencia del Ejército, a quien responsabiliza por la desaparición de Carlos Arturo y de otra mujer.

La reapertura del proceso se debió, en buena parte, a la insistencia de Enrique Rodríguez, quien presentó un video donde se ve a su hijo saliendo vivo del Palacio.

La BBC habló con el abogado, quien fue juez y hoy tiene más de 80 años de edad.


¿Cómo ha sido la búsqueda de su hijo?

Ha sido una tragedia completa, porque se nos han cerrado todos los medios legales para tratar siquiera de averiguar por su paradero.

A mí me amenazaron por todas partes cuando dije que él había salido vivo del Palacio de Justicia y lo habían asesinado en el búnker de los militares en Usaquén (el Cantón Norte de Bogotá).

A uno de los individuos que intervino en los hechos lo mandaron a inspeccionarme. Sin decir que era del Estado, vino como periodista. Yo noté la cosa desde un principio. El tipo simpatizó conmigo y empezó a averiguar las cosas. Me contó que había intervenido en la sacada de mi hijo de la Casa del Florero (el museo a donde llevaron inicialmente a los sobrevivientes de la toma del Palacio).

Yo vi el video la salida de mi hijo del Palacio de Justicia hacia la Casa del Florero.

¿Cuántos desaparecidos hubo?

Doce personas, ocho que trabajaban en la cafetería y cuatro que estaban de casualidad. Carlos fue el único que salió caminando. A los demás los sacaron en un camión y los tuvieron en varios cuarteles, hasta que los desaparecieron.

¿Cómo combinaba la búsqueda de su hijo con su trabajo de abogado?

Pues la búsqueda hay que hacerla. Cuando recibía información, abandonaba lo que estaba trabajando y hacía lo que tenía que hacer. Hice infinidad de viajes por el país y también estuve en Ginebra (Suiza) denunciando el caso.

¿Qué piensa de su esfuerzo?

Tengo la gran satisfacción que se ha logrado establecer que lo que yo he sostenido es cierto y que el mismo Estado ha tenido que aceptar que esa es la verdad.

¿Qué significa que le desaparezcan a uno un hijo?

Eso es un delito tan grave como el asesinato. Pero yo preferiría diez mil veces que me hubieran a asesinado a mí antes que crearme esta situación en la que llevo más de 20 años de lucha y de persecución. La persecución contra mí fue tremenda. Yo he tenido que afrontar situaciones sumamente difíciles.

¿Qué pudo saber de su hijo?

A los pocos días de sucedidos los hechos, logré establecer que a mi hijo lo asesinaron y lo sepultaron en el Cantón Norte. Logré, inclusive, ir al hueco donde lo habían enterrado.

¿Por qué no han aparecido los restos?

Porque ahora que la investigación se está haciendo hace menos de diez años tengo la información de que a mi hijo y a otros dos que estaban enterrados en el mismo lugar los exhumaron, los incineraron, los disolvieron en agua y los echaron al charco, para que no fuera a quedar rastro de ninguna naturaleza.

¿Qué opina de la detención del ex coronel Edilberto Sánchez?

Es un buen principio, pero también hay que encarcelar a (el ex presidente) Belisario Betancur y a todos los subalternos que le obedecieron para cometer ese hecho tan criminal.

¿Cree que este proceso penal va a llegar a alguna parte?

Necesariamente. Los hechos son visibles, son claros. Se llegó a esto después de una lucha tremenda nuestra. El caso es imposible de ocultar. Esto está establecido desde el principio y no lo puede echar al suelo nadie.

¿Por qué sigue habiendo hoy desaparecidos en Colombia?

Por el mal ejemplo de lo que ocurrió en el Palacio de Justicia. El Estado logró trancar eso 20 años, impidiendo que eso se investigara.

¿Valió la pena esperar tanto tiempo?

No es que yo haya esperado porque quiera, sino por las circunstancias. Yo estoy pidiendo justicia desde el día siguiente del asesinato de mi hijo.

Nota de BBCMundo.com:
http://news.bbc.co.uk/go/pr/fr/-/hi/spanish/latin_america/newsid_6153000/6153140.stm

Publicada: 2006/11/16 02:34:21 GMT

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