sábado, 1 de diciembre de 2007

¿Gesto humanitario o positivo militar?

El presidente Chávez calificó de inhumano a Uribe
¿Gesto humanitario o positivo militar?

Crecen los interrogantes acerca de la captura de los tres guerrilleros de las Farc que tenían en su poder las pruebas de supervivencia de los secuestrados. “Son emisarios de paz”, le dijo un contacto de la guerrilla en Venezuela a la senadora Piedad Córdoba.
Redacción Judicial



sábado, 01 de diciembre de 2007

Ocho días después de que el presidente Uribe diera por terminada la facilitación de la senadora Piedad Córdoba y del presidente venezolano Hugo Chávez para avanzar en el acuerdo humanitario, el sinuoso camino de las anunciadas pruebas de vida de los secuestrados por las Farc tuvo en la madrugada del viernes pasado un giro inesperado. La revelación del alto comisionado Luis Carlos Restrepo de que el jueves en la tarde, en un operativo relámpago de la Fiscalía y el Ejército, habían sido capturados tres guerrilleros de las Farc, abrió un nuevo abanico de dudas e interrogantes que revolvieron el ya convulsionado panorama nacional.

Los tres insurgentes fueron detenidos al sur de la capital y les fueron incautados cinco CDs, una memoria USB y varias cartas. Eran las pruebas de supervivencia. Y aunque voceros del Gobierno aseguraron que los guerrilleros planeaban ataques terroristas, lo que analistas y conocedores del tema se preguntan es por qué éstos tenían en su poder las pruebas de vida. No hay duda de que estaban cumpliendo una misión. ¿Cuál? ¿Entregárselas a la senadora Piedad Córdoba o al presidente Chávez como un gesto humanitario?

El Espectador conoció que desde Venezuela un contacto de la guerrilla de las Farc se comunicó con la congresista Piedad Córdoba para informarle que los tres insurgentes detenidos el jueves pasado llegaron a Bogotá con el único fin de “cumplirle” con las anunciadas pruebas de supervivencia y que “eran mensajeros de paz”. El fiscal general, Mario Iguarán, en reunión privada que sostuvieron en la mañana de ayer Yolanda Pulecio (madre de Íngrid Betancourt), un funcionario de la Embajada de Francia y la senadora liberal, reveló que la captura de Humberto Montaña, Cindy Dumai y Brigite Vega se concretó luego de que fueran interceptadas varias llamadas telefónicas.

Este semanario también conoció que tres de las cartas incautadas eran del teniente del Ejército Raimundo Malagón, quien le dirigió una comunicación al presidente Hugo Chávez en la que le agradecía sus esfuerzos como mediador para facilitar el canje y otras dos misivas a sus familiares. En otra carta, el norteamericano Thomas Howes (plagiado desde el 13 de febrero de 2003 junto con Keith Stansell y Marc Goncalves) le envió una carta a su madre en la que le relataba en detalle los tortuosos días de su cautiverio y otra en la que hablaba de su testamento, fechada el 26 de noviembre de 2006. Por su parte, Marc Goncalves le escribió el pasado 23 de octubre otra carta a Jorge Briceño, el Mono Jojoy.

La carta que más despertó revuelo fue la que le envió la ex candidata presidencial Íngrid Betancourt a su madre Yolanda Pulecio, un documento lleno de “desesperación y soledad”, como lo calificó su hijo Lorenzo. La misiva está fechada el 24 de octubre de 2007, tiene 12 páginas, está escrita en letra muy pequeña y está hecha a manera de diario de registro de los 69 meses que lleva en cautiverio en poder de las Farc. La carta de la política colombo-francesa se refiere en uno de sus apartes a la labor de mediación del presidente Hugo Chávez y de la senadora Córdoba. Además, agradece los mensajes que le han enviado sus familiares y amigos. “Los he escuchado todos”, señala la misiva.

Un mar de especulaciones empezaron a circular una vez se conocieron las pruebas de vida de Íngrid Betancourt, los tres norteamericanos y 12 miembros de la Fuerza Pública. ¿Para quién iba el paquete con videos, fotografías y cartas que tenían en su poder los tres capturados? ¿Vendrán más pruebas en camino? ¿Por qué aparecen estas señales de vida en el momento más álgido de las relaciones Uribe-Chávez? ¿Las imágenes encontradas son la prueba de que el proceso adelantado por el presidente venezolano iba por buen camino?

Pero quizás los rumores que han despertado más suspicacias entre las personas cercanas a los facilitadores Piedad Córdoba y Hugo Chávez son aquellos en los que se contemplan la posibilidad de que funcionarios del alto gobierno hubieran tenido noticias de los avances en la entrega de las pruebas de vida y buscaron adelantarse para cruzarse en el camino del canje humanitario. “¿Acaso el Ejército tenía identificados a los emisarios de la senadora Córdoba? ¿Quería el Gobierno impedir que se conocieran estas pruebas antes del proceso electoral del domingo en Venezuela?”, se cuestionan desde ayer personas allegadas a ambos facilitadores, consultados por El Espectador.

Más allá de las especulaciones, lo cierto es que hay detalles que no encajan. ¿La detención de los tres guerrilleros estaba calculada por las Farc? ¿La revelación de estas pruebas de supervivencia busca presionar al gobierno Uribe? ¿Fue una jugada política en un momento estratégico para beneficiar al presidente Hugo Chávez a propósito del referendo que este domingo será votado en Venezuela? Precisamente ayer la senadora Piedad Córdoba le envió una carta al presidente Chávez, en la que sostiene que “la mediación rindió sus frutos porque se movilizaron los combatientes de las Farc con las pruebas de vida, tal como lo habíamos anunciado”, en clara referencia a que los guerrilleros detenidos el jueves pasado eran “los emisarios” de las Farc.

A renglón seguido, la misiva sostiene que si bien es cierto que “nuestra agenda por el acuerdo humanitario no estuvo ajustada a los más ortodoxos cánones de la metodología prevista por los especialistas”, no menos cierto es que “ensayamos caminos y exploramos inéditas propuestas no previstas en la mentalidad de piedra de los partidarios de la guerra”. Y agregó: “Cada avance que lográbamos en el proceso era sometido a caricaturescos registros y a las descalificaciones menos pensadas, cuando no a distorsiones mediáticas por parte de guerreristas de cuello blanco”. Y finalmente le recordó que las “notas que desde la selva nos dirigen a usted y a mí, como al presidente Sarkozy, testimonian que el esfuerzo ha sido responsable y serio”.

El panorama del acuerdo está hoy más que nunca lleno de espinas y de interrogantes. Las imágenes de los secuestrados en poder de las Farc son desoladoras, aunque abren una puerta de aliento: saber que al menos aún están con vida. Ayer en la noche viajó a Venezuela la senadora Piedad Córdoba en compañía de familiares de los secuestrados. Su consigna: pedirle al presidente Chávez que reanude sus labores como facilitador del acuerdo. No obstante, los dardos que lanzó ayer el mandatario venezolano en contra del presidente Uribe clausuraron, y de qué manera, esa posibilidad.

En un enérgico discurso ante una multitudinaria manifestación pública, Chávez no dudó en asegurar que el jefe de Estado colombiano, “siguiendo las directrices del imperio de Estados Unidos”, ordenó capturar a los tres guerrilleros que “sirvieron como correos” de las pruebas de vida de los secuestrados “y los acusó de ser terroristas”. Pero, dijo Chávez, “allá él (Uribe) con sus obsesiones, allá él con sus conflictos”, y se atrevió a aseverar que “Uribe no quiere el intercambio, así como tampoco lo quiere la oligarquía de Bogotá”. En razón a ello terminó su intervención así: “El gobierno de Uribe es inhumano”.

Tamañas afirmaciones seguramente tendrán consecuencias en las relaciones venideras entre ambos países, pero sobre todo en la incierta suerte de los plagiados por las Farc, que seguirán esperando que la política, ésa por la que ni Chávez ni Uribe ni las Farc se ponen de acuerdo, algún día pueda encontrar un camino cierto para liberarlos.

“Hemos vivido todo tipo de calamidades”

El primer testimonio conocido en las pruebas de supervivencia de los secuestrados, decomisadas por las autoridades a las Farc, fue el del subteniente del Ejército Raimundo Malagón Castellanos, plagiado por el grupo subversivo el 4 de agosto de 1998, tras el ataque a la base militar en La Uribe, Meta. Malagón pertenecía al batallón de infantería número 21 'Vargas'.

En el video entregado a su familia, Malagón Castellanos habla de las condiciones infrahumanas en que se encuentran y además propone una zona de despeje en territorio venezolano para el acuerdo humanitario, lo que confirma que la grabación fue hecha antes de que se cancelara la mediación del presidente Hugo Chávez y de la senadora Piedad Córdoba.

Estos son apartes de las palabras del subteniente del Ejército: "Lo que puedo manifestar es que infortunadamente se han vivido todo tipo de calamidades en esta selva inhóspita, desolada y fría. Esto que ustedes están viendo no es la realidad que se vive, la realidad es complatemente distinta. Cosas infrahumanas que se viven como es hacer las necesidades sanitarias en un hueco, tomar baños en caños muchas veces no aptos para un ser humano, encadenados de noche, de día. En estos momentos la cadena fue quitada.

Tengo una sugerencia muy importante para hacerle al señor presidente Hugo Chávez Frías, a la senadora Piedad Córdoba y al señor presidente de la República Álvaro Uribe Vélez, y es que estudien la posibilidad de que en el territorio venezolano sea decretada o buscada una zona donde nos puedan ubicar a los cautivos o secuestrados, como se quiera llamar".

La carta íntima de Íngrid

El Espectador conoció apartes de la carta que Íngrid Betancourt le envió a su madre, Yolanda Pulecio. En ella se refiere a cosas personales y a cada uno de los miembros de su familia. Habla de la muerte de su padre, Gabriel Betancourt; nombra a cada uno de sus hijos, a quienes les envía un mensaje de amor y fortaleza, y se declara muy afectada por el asesinato en cautiverio de los diputados del Valle del Cauca.

Íngrid le cuenta a su madre que escucha los mensajes que le envían por radio y que son “placer puro”. Asimismo, cuenta que ha estado enferma, con fiebre y escalofríos, y que las condiciones en la selva son muy difíciles. Habla de “un régimen muy duro”, en cuanto a alimentación, salud e higiene, y que “la situación es desesperante”.

También confirma que hace cuatro años la separaron de Clara Rojas, que no sabe nada de ella ni de su hijo Emanuel y que efectivamente estuvo con Frank Pinchao. Íngrid no escribe de política, ni del acuerdo humanitario, ni de rescates, ni de los presidentes Uribe y Chávez.



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