sábado, 30 de agosto de 2008

'Uribe debería decir a sus amigos que no desea un tercer período', dice 'The New York Times'
"Si cambia la Constitución para que pueda permanecer (en el poder), empañará su legado y debilitará el sistema de pesos y contrapesos, esenciales para la democracia colombiana", dice su editorial.


'The New York Times' reconoce los aciertos de Álvaro Uribe, pero dice que ha mostrado poco respecto por las instituciones de la democracia colombiana.

"La región necesita una democracia que se afinque en instituciones fuertes. Lo que no necesita son más hombres fuertes, sin importar lo populares que sean o lo indispensables que se sientan. Uribe debe dejar claro ya que este será su último período. Si lo hace será recordado como el líder que sacó a Colombia del precipicio y lo puso en la ruta de la paz.

El editorial menciona como la semana pasada sus seguidores terminaron el proceso de recolectar 5 millones de firmas para solicitar un referendo que permita modificar la Constitución, que actualmente solo permite un segundo período.

El Times reconoce que bajo Uribe se han dado importantes pasos en la lucha contra las Farc y la violencia, pero cuestiona sus ataques contra la Corte Suprema de Justicia y reformas propuestas por su gobierno que buscan sacar de la jurisdicción de la Corte las investigaciones que conciernen a la "parapolítica".

El editorial del Times llega un día después que se anunciara el viaje del presidente a la capital estadounidense para insistir en la aprobación del Tratado de Libre Comercio.

De acuerdo con Michel Shifter, del Diálogo Interamericano, es muy probable que el tema de su reelección sea parte de las discusiones durante su vista, prevista para el 17 de septiembre.

De hecho, y ya con el sol en la espalda, el gobierno colombiano lanzará a lo largo de septiembre toda una nueva ofensiva en Washington para tratar de convencer al Congreso estadounidense que apruebe el TLC que se firmó entre ambos países así casi dos años pero que aún está pendiente la ratificación legislativa.

Junto a Uribe, que estará durante cuatro días en la ciudad, llegarán varios ministros al igual que representantes de gremios, empresas, y sindicatos.

La estrategia, que había anunciada hace casi 15 días, prevé una virtual "toma del Congreso" a partir del 6 de septiembre y hasta finales de ese mes.

El momento es clave para la suerte del TLC pues se trata de las tres últimas semanas de actividad legislativa antes de que el Congreso concluya sus sesiones regulares para el 2008 y el país enteró fije su atención en las elecciones de noviembre, cuando se escogerá a un nuevo presidente, y se renovará la totalidad de la Cámara de Representantes y un tercio del Senado.

Según Shifter, no obstante, la gira no llega en el mejor momento pues los legisladores están con un ojo puesto en las elecciones y el otro el culminar la actividad legislativa pendiente. Además, se sabe, los demócratas han dejado claro que de momento se oponen a su aprobación y nadie espera que eso cambie en septiembre.

"Hay que admirar la tenacidad del gobierno colombiano, pero no creo que de mayores resultados. Antes podría ser contraproducente pues podría incomodar a algunos o forzarlos a dejar en claro su oposición", dice el analista.

La mayoría de expertos coincide en que el único chance del TLC es que sea aprobado después de las elecciones del 4 de noviembre, y si el Congreso convoca a sesiones extraordinarias. Algo que todavía es incierto.

El viaje de Uribe representa su regreso a Washington tras más de un año de ausencia. Su última visita fue durante el verano del 2007 cuando visitó la capital estadounidense dos veces en menos de un mes. Los dos viajes se vieron eclipsados por el escándalo de la para política, que por esos días estaba en pleno auge, y por la vehemente oposición demócrata al TLC.

En uno de ellos, de hecho, el actual candidato a la presidencia por el partido demócrata, Barack Obama, encabezó una dura carta en la que miembros del Senado le pedían cuentas a Uribe por la para política.

Tan regular le fue a Uribe que Argelino Garzón, gobernador del Valle que lo acompañó en la visita, dijo que el trato de los congresistas había sido "humillante".

También se recuerdan los apuros de Uribe para reunirse con la presidente del Congreso Nancy Pelosi.

Aunque la reunión se dio, la legisladora sacó un comunicado minutos después de concluido el encuentro en el que reiteraba su oposición al TLC y su preocupación por la muerte de sindicalistas y los entre paramilitares y congresistas.


El siguiente es el texto completo del editorial:

La decisión de Uribe

Uribe debería decirle a sus amigos que no desea un tercer período.

La semana pasada, copartidarios entregaron 5 millones de firmas para apoyar un referendo para modificar la Constitución que permita la segunda reelección de Álvaro Uribe. Colombia ya ha cambiado su Constitución una vez para que Uribe pudiera ser reelegido en el 2006.

Uribe ha hecho progresos importantes en una guerra contra las brutales guerrillas izquierdistas y ha frenado la implacable violencia de Colombia. Sus índices de aprobación han alcanzado el 90 por ciento luego de la audaz operación de rescate de rehenes de 'alto perfil' (en manos de la guerrilla). Pero ha mostrado poco respecto por las instituciones de la democracia colombiana.

Después de que la Corte Suprema comenzó a investigar docenas de sus aliados políticos por presuntos nexos con los paramilitares de derecha, (Uribe) acusó a la Corte de estar políticamente motivada. Ahora, ha propuesto reformas que eliminarían la juridicción de la Corte Suprema para investigar a miembros del Congreso.

Es improbable que el plan encuentre mucha resistencia. Partidos aliados de Uribe tienen una gran mayoría en el Congreso, y cerca de 50 de sus miembros están bajo investigación o han sido dentenidos en estos casos.

El vecindario de Colombia tiene demasiados líderes autoritarios. El presidente de Venezuela, Hugo Chávez, apalancado en su enorme popularidad, ha tomado el control de virtualmente cada aspecto de la vida política y económica de su país. Los votantes venezolanos inteligentemente bloquearon sus planes para la reelección indefinida. Los presidentes Evo Morales, de Bolivia, y Rafael Correa, de Ecuador, también están tratando de reformar sus constituciones para ser reelegidos.

La región necesita democracia, sustentada por instituciones fuertes. No necesita más hombres fuertes -no importa qué tan populares sean o qué tan indispensables se consideren. Uribe debería aclarar -ahora- que este será su último período. Si lo hace, será recordado como el líder que sacó a Colombia del precipició y la llevó por un camino hacia la paz. Si cambia la Constitución, de forma que pueda permanecer (en el poder), empañará su legado y debilitará el sistema de pesos y contrapesos que son esenciales a la democracia colombiana.

SERGIO GÓMEZ
CORRESPONSAL DE EL TIEMPO
WASHINGTON

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