Las dudas del Presidente
El “Loco Barrera” y “Cuchillo” son los dos narcos que el presidente Álvaro Uribe quiere tener tras las rejas y por los cuales, según dijo, hay “motivos de preocupación” ya que se sospecha que miembros de la fuerza pública los están encubriendo.
La contrainteligencia de los funcionarios públicos le ha resultado al gobierno un camino efectivo para dar con los delincuentes. Sucedió con Diego León Montoya, alias ‘Don Diego’, capturado el año pasado en el Valle tras varios años de estar protegido por una red mafiosa de militares activos y retirados del Ejército. Y acaba de suceder con ‘Don Mario’, cuyo imperio criminal apenas se empezó a conocer, cuando las autoridades detectaron sus posibles cómplices entre varias personalidades de Medellín, el director de Fiscalías en Medellín, Guillermo León Va lencia, hoy bajo investigación judicial.
¿Se asoma otro escándalo de infiltración de la fuerza pública por parte de organizaciones mafiosas? La pista de que puede ser así la dio el propio presidente Álvaro Uribe, cuando hizo desde El Salvador la semana pasada y luego en Bogotá, duras recriminaciones a la Cuarta División del Ejército, con sede en Villavicencio, por no haber capturado aún a Pedro Oliveiro Guerrero, alias ‘Cuchillo’, y a Daniel el ‘Loco Barrera’, dos narcotraficantes aliados que se esconden posiblemente en el sur del país.
‘Cuchillo’ comenzó en los ochenta con las autodefensas del narcotraficante Gonzalo Rodríguez Gacha, miembro del cartel de Medellín, y más adelante, se unió al Bloque Centauros de los paramilitares. Este Bloque fue creado por Miguel Arroyave en los Llanos Orientales, y con gran influencia en Bogotá, como una avanzada de las Autodefensas Unidas de Colombia que comandaban los hermanos Castaño. Arroyave, coterráneo de los Castaño, al parecer les compró una franquicia por los Llanos, y allí se lanzó a conquistar el territorio para la extorsión, secuestro, terror y, por supuesto, el negocio del narcotráfico.
‘Cuchillo’ era uno de los hombres de confianza, hasta que lo traicionó. Según las autoridades, participó en un complot para asesinar a su jefe Arroyave, para quedarse con su estructura narcotraficante y el mercado de la coca en Guaviare, Vichada y Meta. Hoy está en la lista de los principales narcos.
El ‘Loco Barrera’ ha sido raspachín, aliado de las Farc, y según fuentes policiales, amo y señor de rutas del narcotráfico hacia Venezuela, por el río Meta, y aéreas, y pieza clave para los paramilitares y los narcos. Dicen las autoridades que fue ‘Barrera’ el verdadero poder detrás de reconocidos paras en los Llanos como Miguel Arroyave y desde entonces, junto con alias 'Cuchillo', conformó una poderosa alianza que hoy tiene cerca de 1.200 hombres, y que es a la vez ejército de protección del negocio, y de control del territorio.
“Voy a preguntar especialmente a la División del Ejército en Villavicencio si es capaz de capturar al ‘Loco Barrera’o si es que lo está protegiendo”, dijo Uribe la semana pasada cuando se encontraba en El Salvador. Y este miércoles, en una entrevista a Caracol Radio, dijo que hay “motivos para esa preocupación que me permití expresarla desde la semana pasada. Por eso hacemos este llamamiento público”.
Uribe se refiere el general Guillermo Quiñones, quien está al frente de la Cuarta División del Ejército ubicada en la capital del Meta y quien asegura que sus hombres han hecho todo por capturar a ‘Cuchillo’ y desmantelar su imperio criminal, pero que según información de inteligencia, el ‘Loco Barrera’ no está en el área de operaciones de esta unidad militar.
Si la Cuarta División no está buscando a ‘Barrera’, ¿entonces quién?. “La Policía es la que lo tiene que estar buscando, no el Ejército”, le dijo una fuente militar a Semana.com.
La situación pone en evidencia tres dudas: ¿Está fallando gravemente el trabajo de inteligencia y de rastreo para coger a ‘Cuchillo’ y al ‘Loco Barrera’? ¿Es más bien un problema de falta de coordinación entre las fuerzas para determinar qué tareas corresponden a quiénes? ¿O es un caso de corrupción de las autoridades que están tan infiltradas que por eso no actúan?
Fuentes cercanas a la fuerza pública aseguraron que sí han hecho más contra este cartel de los Llanos de lo que les reconoce el Presidente y que ya han capturado a personas cercanas a ambos.
Pero a la vez, Semana.com pudo establecer que en comunicaciones interceptadas se ha podido comprobar que, por lo menos ‘El Loco Barrera’, está al tanto de varios movimientos del Ejército, razón que le ha permitido escapar varias veces de ser capturado. Esto da pie para pensar que tiene aliados adentro de la institución que lo alertan.
No es claro cuál es la efectividad de que el Presidente salga públicamente a levantar dudas sobre la Cuarta División del Ejército. Después de lo sucedido el escándalo de los desaparecidos de Soacha, que terminó en el retiro de 31 militares, entre ellos el comandante del Ejército general Mario Montoya, puede ser una advertencia para ponerle presión al general Quiñones.
Pero parecería más efectivo que las acusaciones al aire, que el gobierno siga el camino de la silenciosa contrainteligencia para saber quién puede estar comprado o, incluso que enviase una Comisión Especial, como la que se envió a Norte de Santander y a Antioquia a investigar los falsos positivos, para saber si en esta región hay fallas operacionales, de inteligencia o de coordinación entre fuerzas.
Como dijo el Presidente, es urgente desmantelar estas organizaciones criminales, antes de que estas crezcan tanto en número y poder que se vuelvan, como ya ha sucedido varias veces en Colombia, en un problema de Estado.
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