Costa Rica deshace plan para asesinar funcionarios
José Meléndez
El Universal
Lunes 02 de julio de 2007
Sicarios querían matar al hermano del presidente
SAN JOSÉ.— La policía de Costa Rica desarticuló una conspiración del cártel del Norte del Valle, Colombia, que contrató a cinco sicarios colombianos para asesinar a los ministros costarricenses de la Presidencia, Rodrigo Arias, y de Seguridad Pública, Fernando Berrocal, en represalia por una cadena de operaciones lanzadas en los últimos meses en este país en contra del tráfico de cocaína hacia Estados Unidos.
Berrocal confirmó públicamente que los cinco colombianos —de apellidos Olaya, Angulo, Martínez, Flores y Casares— fueron detenidos entre el jueves y viernes anteriores en dos ciudades costarricenses y que el sábado fueron expulsados hacia Colombia.
“Había un grupo de sicarios en Costa Rica con el objetivo de atentar contra la vida de altos funcionarios de esta administración”, aseguró Berrocal. El cártel del Norte del Valle, que opera en la región del litoral Pacífico de Colombia, contrató a los sicarios para que ejecutaran los asesinatos en respuesta a los decomisos de más de 40 toneladas de cocaína ejecutados por la policía antidroga costarricense en los últimos 12 meses, agregó.
La información preliminar sobre la conspiración fue suministrada por el Departamento Administrativo de Seguridad de Colombia (DAS) a las autoridades costarricenses. Según los datos policiales, los individuos fueron detectados hace unos 10 días, tras una serie de intervenciones telefónicas a narcotraficantes en las que se revelaba el plan para asesinar a dos jerarcas gubernamentales de esta nación.
De acuerdo con lo que trascendió en esta capital, la vigilancia en torno a Berrocal y Arias —hermano del presidente Óscar Arias— fue reforzada, mientras proseguían las investigaciones combinadas de cuerpos judiciales y gubernamentales.
Entran en una lancha rápida
Las indagatorias determinaron que los sicarios ingresaron a Costa Rica por la localidad de Punta Burica, ubicada en el extremo sur del litoral Pacífico de este país y fronteriza con Panamá, a bordo de una lancha rápida utilizada para el tráfico de drogas. Los individuos decidieron separarse y alojarse en hoteles del puerto de Puntarenas, a unos 120 kilómetros al oeste de San José, en el Pacífico Central, y de Alajuela, a unos 20 kilómetros al noroeste de esta capital.
Las autoridades costarricenses los detuvieron en ambos lugares entre jueves y viernes. De inmediato, se comunicó el arresto al DAS y el sábado, en horas de la mañana, fueron deportados a Bogotá, en un vuelo de una aerolínea comercial y bajo fuerte vigilancia de 10 oficiales, dos por cada sicario.
El director de Migración de Costa Rica, Mario Zamora, explicó que son “los sujetos más peligrosos que se haya logrado detener en muchos años. Estos hombres definitivamente rompen los niveles de violencia que conocíamos hasta ahora”.
El viceministro costarricense de Seguridad Pública, Rafael Gutiérrez, y Zamora explicaron que como los sicarios no tienen “cuentas pendientes” con la justicia de Costa Rica, se optó por la rápida expulsión, además de que habían ingresado en forma ilegal. “Por su peligrosidad, pensando en la seguridad del país, se decidió deportarlos a Colombia, donde son investigados”, puntualizó Gutiérrez.
Publicado en www.eluniversal.com.mx
miércoles, 4 de julio de 2007
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario