viernes, 6 de julio de 2007

Colombia contra el secuestro

Hernando Salazar
BBC Mundo, Bogotá



Más de un millón de personas pidieron este jueves en toda Colombia la liberación de más de 3.000 secuestrados y la entrega de los cadáveres de once ex diputados que murieron hace tres semanas en poder de la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).

La demostración, con pocos antecedentes en la historia reciente del país, sirvió también para pedirles a las FARC y al gobierno del presidente Álvaro Uribe que lleguen a un acuerdo humanitario que permita liberar a más de medio centenar de rehenes.

Las actividades en los centros urbanos del país se paralizaron transitoriamente al mediodía, cuando sonaron silbatos, campanas, hubo misas, marchas, se lanzaron papeles blancos desde los edificios y se formaron cadenas humanas como rechazo al secuestro.

En Bogotá la parálisis fue grande y la jornada empezó con una concentración de miles de personas en la Plaza de Bolívar, a la que acudieron el presidente Uribe y el alcalde de la ciudad, Luis Eduardo Garzón.

Mientras Uribe y sus ministros asistieron a una misa en la catedral, Garzón encabezó una cadena humana contra el secuestro.

De la cadena humana -formada por miles de personas- hicieron parte Yolanda Pulecio y Astrid Betancourt, madre y hermana de la ex candidata presidencial Ingrid Betancourt, secuestrada por las FARC en febrero de 2002.

Mensajes encontrados

No obstante el rechazo unánime al secuestro, en la plaza y en las calles por donde avanzaron la cadena y las marchas se escucharon mensajes encontrados. Unos, a favor del acuerdo humanitario y pidiendo la desmilitarización de dos pueblos, que exigen las FARC para discutir los términos de ese eventual intercambio. Y otros diciendo "no al despeje".

El alcalde Garzón dijo que el secuestro está "completamente deslegitimado en Colombia" y pidió que no se haga sufrir más a la gente.

"A mí me interesa el acuerdo humanitario. El despeje (la desmilitarización) lo define solamente el presidente y las FARC", dijo Garzón a BBC Mundo, cuando se le preguntó por los mensajes encontrados que se escuchaban.

El presidente Uribe, quien lució una camiseta que decía: "Libertad sin condiciones, ya", insistió en que no despejará un solo milímetro del país, como lo exigen las FARC para negociar un acuerdo humanitario.

Murales por la libertad

En un rincón de la Plaza de Bolívar un grupo de comerciantes le daba pintura a la gente para que pusiera las palmas de sus manos en un mural.

"Estamos poniendo huellas a ver si dejan de secuestrar. Que sepan que los colombianos estamos en pie de lucha contra el secuestro", declaró a BBC Mundo Víctor Clavijo.
En el centro de la plaza, los familiares de los policías y militares en poder de las FARC pedían "acuerdo humanitario ya" y "no al rescate militar".
A los pies de la estatua de Simón Bolívar estaba acostado Manuel Fandiño, padre del agente de policía Edixon Fandiño Chávez, secuestrado en septiembre de 2000 por el frente 32 de las FARC.

"No hemos recibido ninguna noticia de ninguna índole. Nada nos han dicho. Le pedimos al Señor que nos ayude a que nuestros hijos vuelvan a casa. Al presidente y a las FARC que no queremos más derrame de sangre", le dijo Fandiño a BBC Mundo.

Llamado a las FARC y gobierno

Marleny Orjuela, líder de la asociación de familiares de policías y militares en poder de las FARC, le dijo a BBC Mundo que ella espera que la demostración de este jueves tenga eco en las FARC y en el gobierno.

"Yo pienso que las FARC tienen que repensarlo. Tienen que entregar los once cadáveres de los ex diputados y del mayor Guevara (un oficial de la policía que murió en su poder)", dijo.

Según Orjuela, "es viable un acuerdo humanitario si hay voluntad política de las dos partes, que están radicalizadas".

No lejos de ahí, otro grupo sostenía una pancarta que decía: "FARC terroristas, fuera de Colombia". En la plaza también estaba la señora Eider Lasso, de 59 años, con su nieta de diez meses. Lasso dijo que estaba por solidaridad con la gente que tiene familiares secuestrados, pero expresó su pesimismo sobre su liberación: "Esa gente es muy mala y no tiene compasión".

Pero otro de los asistentes, Carlos Arturo Córdoba, comentó: "Todo sirve. La peor diligencia es la que no se hace".

Después del mediodía, comenzaron a llegar a la Plaza de Bolívar de Bogotá marchas de todo tipo, en las que participaron sindicatos, grupos de víctimas, asociaciones de familiares de secuestrados, colegios, empleados públicos y gente del común.


Publicado en www.bbc.com

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