Los verdaderos motivos del viaje de McCain
Aunque en teoría el candidato republicano John McCain llega hoy a Cartagena para informarse sobre algunos programas del Plan Colombia y apoyar el TLC, lo cierto es que viaja a cuatro meses de las elecciones en EE.UU. para realzar su imagen de hombre experimentado en asuntos de seguridad nacional y para atraer el voto hispano en su país. Por Juan Carlos Iragorri. Especial para Semana.com
Fecha: 07/01/2008 -
En un hecho excepcional en la historia de las campañas políticas norteamericanas, el candidato del partido republicano a las elecciones presidenciales de los Estados Unidos, John McCain, aterriza esta tarde en Cartagena para reunirse con el presidente Álvaro Uribe, con varios ministros y con representantes del sector privado, y para informarse acerca de algunos programas antidrogas desarrollados al amparo del Plan Colombia. Pero su visita, según los analistas, también obedece a motivos electorales.
A sólo cuatro meses de los comicios, McCain, senador de Arizona y de 71 años de edad, llegará a Cartagena en un avión procedente de Indianápolis que tocará tierra a las cinco y media en la plataforma del aeropuerto Rafael Núñez. Allí lo esperará, como un gesto amistoso pues el protocolo no lo exige, el ministro de Relaciones Exteriores, Fernando Araújo. “En Colombia esperamos que el senador pueda informarse bien sobre los avances de este país”, le dijo anoche el ministro a Semana.com.
Al salir del terminal aéreo, el aspirante republicano a la Casa Blanca será conducido a la Casa de Huéspedes Ilustres donde a las seis y cuarto sostendrá un encuentro de una hora con el presidente Uribe y con los ministros de Defensa, Juan Manuel Santos; de Comercio, Luis Guillermo Plata, y de Minas y Energía, Hernán Martínez. A la cita acudirán igualmente el canciller Araújo; el Alto Consejero para la Reintegración, Frank Pearl, y la embajadora en Washington, Carolina Barco.
Una vez termine la reunión, McCain comparecerá ante los periodistas a las siete y quince. Más adelante, el presidente Uribe le ofrecerá una cena en honor suyo y de su esposa Cindy, que vienen acompañados del senador independiente y candidato a la vicepresidencia de Al Gore en el año 2000 Joe Lieberman; del senador republicano Lindsey Graham, y de más de 40 periodistas. Los visitantes pasarán luego la noche en el Hotel Santa Clara, en el centro histórico de Cartagena, donde abundan las medidas de seguridad.
El miércoles temprano, McCain hablará con el ministro Araújo y, fiel a su costumbre como veterano de guerra, visitará a los soldados que se recuperan en el Hospital Naval. Después irá a la estación de Guardacostas de la Base Naval, donde le explicarán algunos programas contra el narcotráfico y la lucha antiguerrilla que han sido financiados con recursos del Plan Colombia, la iniciativa lanzada en 1999 por el presidente demócrata de los Estados Unidos, Bill Clinton, y aprobada en Washington por el Congreso, en ese entonces controlado por la oposición republicana.
McCain no es ajeno a la Armada. Hijo y nieto de almirantes de guerra de Vietnam y de la Segunda Guerra Mundial, él mismo fue piloto de la Marina norteamericana en el conflicto contra los vietnamitas del norte, donde cayó prisionero y fue torturado por la guerrilla del Vietcong. Sufrió la fractura de los dos brazos, por lo cual no puede levantarlos, y estuvo cinco años en manos del enemigo.
Mañana, poco antes del almuerzo, el senador se desplazará a la Sociedad Portuaria de Cartagena. Veinte minutos más tarde dará una rueda de prensa en el Santa Clara, tras la cual se sentará a manteles con los integrantes de la Cámara de Comercio Colombo-Americana y con diversos empresarios del país. A eso de las dos de la tarde tomará el avión para volar a México, segundo y último país latinoamericano en esta gira.
Pero, ¿cuál es el verdadero propósito de la visita de McCain? ¿Hay algo más allá que revisar el Plan Colombia? Varios analistas creen que sí. Entre ellos se cuenta Michael Shifter, vicepresidente del Diálogo Interamericano, el ‘think tank’ más prestigioso de Washignton en lo que se refiere a América Latina, que constata inicialmente que el viaje al exterior de un candidato presidencial norteamericano en plena campaña es “bastante inusual”.
Aparte de eso, Shifter considera que “lo que McCain pretende hacer en Colombia es realzar su experiencia en temas de seguridad nacional, uno de los aspectos en los que se considera más fuerte frente a su rival en los comicios del 6 de noviembre el demócrata Barack Obama, y convencer a millones de hispanos que viven en Estados Unidos de que voten por él”.
No será fácil. Para Shifter, si bien Colombia es el único país del hemisferio donde se ha sufrido tan duramente el flagelo del narcotráfico y donde las autoridades han mostrado avances mientras libran un conflicto armado, el objetivo que se ha trazado McCain es difícil de alcanzar. “En Estados Unidos, donde el senador de Arizona tiene sólo el 28% del voto latino, los hispanos están hoy más preocupados por otras cosas como la mala situación económica y la guerra en Irak”, dice.
A estas alturas, McCain sabe perfectamente que tiene la presidencia cuesta arriba. Si se promedian los últimos ocho sondeos de opinión, Obama lo supera por un promedio de 7,1 puntos porcentuales. La diferencia entre las distintas muestras es abismal. De acuerdo con la más reciente de la revista ‘Newsweek’, el candidato demócrata lo aventaja por un astronómico 15%. Pero conforme a la que hizo en días pasados el canal Fox News, la diferencia es de un 4%.
McCain ha sido un viejo amigo de los gobiernos colombianos y le ha dado su apoyo al presidente Uribe. Ha dicho que respalda la continuidad del Plan Colombia y ha criticado a la bancada demócrata de la Cámara de Representantes norteamericana que con sus mayorías y bajo el liderazgo de la presidenta de ese organismo, Nancy Pelosi, aplazó indefinidamente en abril la votación del Tratado de Libre Comercio (TLC) firmado en noviembre de 2006 en Washington por Estados Unidos y Colombia.
Según él, “uno no puede volverles la espalda de ese modo a los aliados, sobre todo cuando se trata de un país que es baluarte de la democracia y un faro de esperanza en una región donde hay quienes se oponen a las libertades”. Esa posición contrasta con la de Obama, que se ha opuesto al TLC mientras exista un alto índice de criminalidad contra los sindicalistas en Colombia.
Se ignora si Uribe se alineará con McCain en Cartagena a propósito del TLC y en contra de Obama, o si, por el contrario, insistirá en la importancia de preservar la neutralidad frente a demócratas y republicanos. Si hace lo primero, “sería un suicidio”, advierte Michael Shifter. Aunque la iniciativa de este viaje partió de McCain, la embajadora Carolina Barco, le confirmó a Semana.com que Uribe también ha invitado a Barack Obama, senador de Illinois, para que viaje a Colombia.
En las toldas de Obama se cree que durante el senador McCain fustigará durante su visita a Cartagena al candidato demócrata por su negativa a respaldar el TLC. “Nos imaginamos que McCain criticará al senador Obama por no haberse manifestado a favor de ese acuerdo comercial”, le dijo a Semana.com el coordinador del comité encargado de las políticas hacia Latinoamérica en la campaña obamista, Dan Restrepo.
Cuando McCain aterrice, también deberá reaccionar ante la carta que le envió Kenneth Roth, el director ejecutivo de la conocida organización no gubernamental estadounidense Human Rights Watch, en la que le pide cuestionar la información que le dé el presidente Uribe y enterarse del desplazamiento forzado, las ejecuciones extrajudiciales y el acoso al que somete el gobierno a los magistrados de la Corte Suprema de Justicia.
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sábado, 5 de julio de 2008
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